_◇Sᴜᴍɪsɪᴏ́ɴ◇_

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El viaje que tomo alrededor de 13 minutos finalizo al estacionarse en la fachada de la mansión de Bonten

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El viaje que tomo alrededor de 13 minutos finalizo al estacionarse en la fachada de la mansión de Bonten. Manjiro al bajar de la limusina fue recibido con una reverencia por los hombres que trabajan bajo su mando, camino con Takemichi en brazos hasta adentrarse en su mansión. La puerta principal se había cerrado.

Ya en el salón de juntas se topó con su socio y buen amigo Mitsuya y a su lado su pareja, Mitsuya se levantó acercándose a su líder, le causa intriga el por qué entro sosteniendo el cuerpo de un muchacho inconsciente.

—Mikey, ¿qué haces con ese muchacho?, ¿y los demás? —Le pregunto.

—Les encargué traerme algo y mandé a Ran y Rindou recogerlos —Respondió.

—Okey, pero no me has respondido todavía que haces con ese muchacho.

—Ah, pues lo compre. Digamos que tiene algo que atrajo mi interés. Tal vez me aburra y lo deseche en uno o dos días, ya se verá.

—Entiendo, solo no lo presiones demasiado, por su aspecto parece que ha estado muy tenso. Sueles ser muy brusco.

—Gracias Mitsuya, pero lo que yo haga con mis asuntos no te concierne. Yo no voy metiéndome en los asuntos de Hakkai y tú.

Manjiro se alejó de Mitsuya y su compañero.

—Pobre muchacho, termino en las manos del líder —Hakkai se aferro a su Alfa.

—Lo sé, Hakkai, pero al final seguimos órdenes. Ya podremos ayudarlo cuando Mikey lo permita.

[.....]

Manjiro observaba a detalle la tentadora vista delante suyo, el Omega que tuvo el lujo de comprar, ahora mismo yacía postrado en su cama, envuelto entre sábanas blancas de algodón. Si bien Manjiro ya había tenido la oportunidad de deleitarse al mirar variedad de Omegas, más que todo en la intimidad.

Ninguno era como el que tenía recostado, Takemichi movía sus brazos y piernas revolcándose entre las sabanas, una sensación de incomodidad recorrió su cuerpo, por otro lado, a Manjiro le hacía gracia ver totalmente vulnerable e indefenso al Omega de cabellos oscuros, sin duda su mente maquinaba pensamientos retorcidos. Se adentró en aquella cama, gateo hasta posicionarse sobre el cuerpo de nuestro querido Omega.

—¿Por qué? Hueles malditamente bien... —El aire del lugar se inundó de las agradables feromonas de Takemichi, su rostro lo sumergió entre el cuello del contrario.

—... —Takemichi abrió sus ojos de golpe al recordar la posición en la que estaba, no era momento para dormir—. ¡¿Eh?! ¡U-Usted aléjese!

Takemichi a duras penas retrocedió chocando con la cabecera de la cama, agarro la almohada detrás de el para usarla como escudo y de ser necesario como arma. No podía creer la tan mala suerte que le encomendó la vida, tenía un horrible trabajo, lo secuestro un sujeto asqueroso y despreciable, lo vendieron en un Burdel y ahora había ido a parar con ese misterioso Alfa, no podía presentir buenas intenciones de su parte. Y sin duda alguna no iba a esperar a saber qué cosas tenía planeada para él, debía respirar y mantener su mente serena, pero de manera involuntaria sus feromonas cambiaron dejándole entender a Manjiro su temor y nervios.

• Cᴀᴜᴛɪᴠᴇʀɪᴏ •Where stories live. Discover now