21. 君

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Aún a la mañana siguiente, el ambiente del Refugio seguía siendo tétrico. Las persianas estaban bajadas y los normalmente alegres rebeldes paseaban por los pasillos haciendo guardia, siempre con su arma y cara de gravedad. A pesar del "éxito" de la misión, nadie parecía con ganas de celebraciones.

Habían logrado desconectar la conexión del edificio central, pero también habían estado a punto de ser atrapados, por no mencionar los miembros del equipo que habían resultado gravemente heridos. Chan todavía no despertaba, y tendrían que pasar varias semanas para que Changbin se recuperase. Minho miró el techo de la cocina, exasperado con su mente, que no paraba de repetirle que eso no era lo peor. No, lo peor era que le había hecho daño a Jisung, a su Jisung, quien más adoraba. Pero había sido necesario, se repitió el mayor mientras suspiraba y volvía a tomar un trago de su cerveza, intentando olvidar esos ojos llenos de lágrimas que le habían perforado el corazón.

Estaba agotado física y psicológicamente, no sabía qué hacer. Tenía que volver con su grupo, con Chen e Irene, pues la excusa de que iba a buscar armas al punto de recogida no se sostendría por mucho más tiempo. ¿Sería capaz de regresar como si nada, dejando a Jisung atrás después de todo lo que había pasado? Le dolía la cabeza, le dolía demasiado como para soportar a Hyunjin, que entraba por la puerta cantando ópera.

– La donna è mobile...

– Hyunjin, por favor, cállate.

– Si hiciera caso cada vez que me dicen eso no volvería a hablar.

Con un suspiro, Minho tiró su botella a la basura y trató de salir por la puerta, pero la mano de su compañero le detuvo.

– Minho, fuera bromas, ¿estás bien? ¿acaso has dormido algo esta noche? Tienes unas ojeras terribles.

Al mayor le dieron ganas de echarse a llorar. Quería contárselo, sacar todo ese dolor que le asfixiaba, pero no era capaz.

– No pasa nada Hyunjin, no te preocupes.

– No estás pensando con claridad si crees que te voy a creer. Sé lo que ha pasado con Jisung.

Minho, sobresaltado al escuchar el nombre, le miró por primera vez a la cara. Hyunjin se apoyó en la encimera con una sonrisa ladina.

– Así que era eso ¿eh? Tu reacción lo dice todo, aunque no era difícil de adivinar después de haberme pasado toda la noche escuchando el llanto de Jisung durante mi guardia.

A Minho se le encogió el corazón. Nada más llegar al Refugio el menor se había encerrado en su habitación y él, como el cobarde que era, no se atrevió a entrar, eligiendo dormir en uno de los sillones de la sala principal. No soportaba imaginarse al menor llorando por su culpa, tratando de razonar el estúpido rechazo de Minho.

En ese momento se dió cuenta de que ya había tomado su decisión.

– Hyunjin –habló tras un minuto de silencio, mirando al rebelde por primera vez– Prométeme que lo cuidarás.

– ¿Qué?

– Voy a regresar con mi grupo, en un par de minutos, antes de que salga el sol. Así que prométeme que vas a cuidar de Jisung. –Minho sabía que era una decisión muy impulsiva, pero cuanto más se quedase junto a él, más daño le haría. Lo mejor era que se separaran por un tiempo. Saliendo ahora podría llegar a su grupo antes de que estos hablaran con la central, y no tendría que despedirse de Jisung o el resto, que todavía dormían.

– ¿Me estás jodiendo? Minho, no puedes irte así como así, el nene está destrozado por tu culpa, no puedes hacer eso y pretender que venga yo detrás a hacer control de daños.

NEW DAYS [Changlix]Where stories live. Discover now