Corto aparte [extra]

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Eran las nueve de la noche cuando el automóvil de los gemelos Styles aparcó frente a su hogar. Después de una larga tarde de trabajo por fin había llegado a casa.

Ambos hermanos estaban hablando entre sí al momento de cruzar el portal de la gran casa, y ellos con su atención aún en su plática no se habían dado cuenta de lo que estaba pasando al interior del hogar.

Los rizados estaban aún en el recibidor de la casa sumergidos en su charla, hasta que el sonido de las pequeñas pisadas acercándose a ellos los sacó de la burbuja. Ambos sonrieron al ver una cabellera rubia asomarse por detrás de la pared, dejando ver la carita de su hijo menor.

-Papis -dijo el pequeño, más para sí mismo que para los adultos, mientras corría a abrazar las piernas de sus padres y segundo después empezar a restregar ahí su carita.

Los dos hermanos se enternecieron por el acto de su bebé que Harry lo alzó en brazos para, acto seguido, tronar un peso en la mejilla del pequeño. Acto que hizo que Luke riera de una tierna manera.

Al pequeño Luke le encantaba recibir mimos de sus padres y hermanas.

Los mimos duraron por un rato, hasta que Harry paró y miró a su bebé.

-Cariño, ¿Dónde está papi Lou y tus hermanitas?

El niño abrió grandes sus hermosos ojos color azul, mientras abría y cerraba su boquita y palmeaba con ambas manos su pecho, señalándose a sí mismo.

-¡Yo sé, yo sé! ¿Quieres que te diga? -el tono agudo en su voz, junto al entusiasmo hizo que sonara adorable para ambos padres.

Ambos ojiverdes rieron bajo, y en un movimiento ágil ser Edward ahora que tenía al pequeño en brazos.

-Sí príncipe, dinos a papi Hazz y a mí dónde están. -terminó diciendo con un beso la mejilla de Luke.

-E Están arriba, en, en… ¡En cuevita! -el pequeño dijo finalmente, mirando a sus dos padres con una gran sonrisa -¿Luke buen niño? -dijo volviendo a palmear su pechito.

-Luke siempre es bien niño -terminaron ambos hermanos, provocando el ronroneo de su pequeño cachorro.

Luke se acurrucó en el hombro de Edward, abrazando su cuello, cuando los ojiverdes comenzaron a caminar en dirección a su habitación, dónde se encontraba la cuevita. En el camino allá, Luke saludaba con una de sus manitas a Harry, quien iba detrás de su hermano, y este se enternecía ante el acto.

Una vez al frente de la habitación, abrieron la puerta para poder ingresar al lugar y pusieron inmediatamente su mirada en la cuevita, que era el nido de la familia.

Aunque no pasó mucha para que el pequeño cachorrito comenzará a dar una especie de pequeños saltitos en los brazos de su padre mientras miraba el nido y comenzaba a gimotear. Edward lo entendió y con una sonrisa en su rostro, al igual que su hermano, bajó al niño que de inmediato corrió a la montaña de mantas. Pero fue antes de que el niño llegará al sitio deseado, que, del mismo lugar, se asomó un Louis algo asustado por el gimoteo de su cachorro.

El alfa recibió al cachorro con brazos abiertos, para después oler su cabello, marcarlo con su aroma y acomodarlo dentro del nido junto a sus dos cachorras, las cuales dormían plácidamente. Tardó alrededor de dos minutos, minutos en los cuales los omegas mayores se cambiaron de ropa y se sentaron en la gran cama de la habitación.

Cuando salió el alfa de entre las mantas, se dirigió con gran entusiasmo a sus omegas para abrazarlos, darles su bienvenida a casa, aparte de preguntas acerca de su día y llenarlos de mimos y amor. Los tres disfrutaban de su presencia, calor y contacto. Así los tres estuvieron por largo rato hasta que del nido salió la mayor de sus hijas, Kaly, y se dirigió a la cama donde sus padres estaban, para subir y acurrucarse dónde los omegas, volviendo a dormir.

-¿Voy por los otros dos, amores? -preguntó el alfa a los omegas, haciendo referencia a sus hijos.

-Por favor lindo -contestó Harry inclinándose hacia entre para elevar levemente el mentón de Louis y besándolo dulce y cortamente en los labios.

El alfa se levantó de la cama para encaminarse al nido, entrar en él y sacar a sus hijos restantes para llevarlos a la gran cama donde los de las integrantes de la familia estaban. Dejó a los cachorros en brazos de sus padres omega y el se fué a buscar una manta para poder cobijar a su familia y mantenerlos comandos. Una vez hecho eso, se recostó en dónde sus hijos y omegas, liberando de su esencia bañando a sus familia en ella.

Todos durmieron plácidamente una noche más.

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⏰ Última actualización: Dec 20, 2021 ⏰

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