Día 16: Hornear galletas

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Mordió una galleta. Sus ojos se cerraron ante el sabor que embriagaba sus papilas gustativas. Asintió comiendo el último trozo.

— ¿Y? —preguntó Midoriya, limpiando nerviosamente sus manos en el mandil verde, mientras el chico a su lado esperaba paciente.

— No puedo decir que sean perfectas, pero para ser sus primeras galletas de mantequilla: les doy un nueve —respondió gustosa Inko observando al par que chocaba los cinco.

Se encontraban en la cocina del departamento de la madre de Midoriya. La pareja había decidido que ese día estaba bien para comentarle a su madre sobre su repentina relación. Sólo que no contaban que al verlos llegar; los arrastrara hasta la cocina para enseñarles sus nuevas recetas navideñas.

Habían pasado toda la mañana horneando distintas recetas que Inko sacaba de su libro de cocina, para poderlas enseñar al día siguiente en sus cursos.

— ¡Eso es una nota muy alta! —se emocionó Midoriya acercándose al pintarrón que había puesto para que su madre calificará cada receta. Anotó la calificación—. Muy bien, falta la receta final.

— Macarrón de coco —leyó Shoto, acercándose al peliverde que asintió a sus palabras.

— ¡Les deseó suerte! —exclamó Inko alejándose hasta salir de la habitación.

La pareja esperó hasta que la mujer abandonara la cocina. Al ver que la madre del pecoso ya no se encontraba cerca; Intercambiaron una miradas antes de acercarse y darse un pequeño beso en los labios.

— Sabes a mantequilla —río Izuku separándose.

— Y tú a chocolate —señaló el bicolor dándole un piquito—. Me gusta.

Midoriya rió ante los besos que Shoto esparcía por su rostro, terminando varias veces en sus labios.

— Creo que debemos ponernos en marcha,  para que mamá nos deje cenar —mencionó el pecoso dándole un último beso a los delgados labios antes de alejarse—. Tengo hambre y quiero bañarme antes de cenar

— ¿Puedo bañarme también? —preguntó distraído el bicolor sacando la mantequilla del refrigerador. Al voltearse vio el rostro colorado de su novio. Inclinó la cabeza sin entender—. ¿Qué pasa?

— T-Te refieres a b-bañarnos por separado ¿v-verdad? —tartamudeó retorciendo sus manos nervioso volteando hacia cualquier lado menos a los ojos heterocromáticos.

— Sí, ¿en qué pensabas? —cuestionó dejando la barra de mantequilla al lado del horno. Se aproximó para agacharse un poco y quedar al nivel del pecoso rostro.

— ¡Entendí algo completamente distinto! —se tapó la cara avergonzado—. Por favor olvídalo.

Shoto analizó los movimientos corporales del chico frente a él, pero por más que lo viera no entendía a qué se refería. Se encogió de hombros <<Si fuera algo importante, Izuku me lo diría>> pensó alejándose un poco.

— Está bien —asintió sonriendo al ver como los dedos sobre el rostro pecoso, se apartaban para espiarlo—. Te ves lindo sonrojado.

— ¡Oh, vamos! —exclamó mordiéndose el labio inferior. Se alejó dándole un leve golpe en el brazo izquierdo—. Pongámonos a hacer esas galletas.

Todoroki asintió persiguiendo a su novio para robarle un beso en la mejilla, al dar con su objetivo; se alejó tan rápido como llegó para que no lo volviera a golpear.

Una hora después, nuevamente estaba Inko mordiendo la galleta recién salida del horno. Ambos chicos vieron como abría los ojos maravillada por el sabor.

White Christmas || TodoDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora