Día 28: Nueva tradición

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Daba pequeños brinquitos frente al elevador, aplastando el botón de llamada; como si haciéndolo bajase más rápido.

— Vamos, vamos —susurraba Midoriya, aplanando el pequeño cuadro de metal. Y como si esas dos palabras fueran mágicas; las puertas plateadas se abrieron ante él. Sonrió gustoso—. Gracias, elevador-kun.

Hizo una leve reverencia antes de entrar, para luego presionar el botón del dígito número cinco. Vio emocionado el libro entre sus manos. Era de color verde, con decoraciones en blanco y rojo.

Lo encontró en su habitación mientras limpiaba su escritorio. Lo había ganado en el Hanabi del año pasado y lo guardó, olvidándose de el ya que nunca supo en qué usarlo.

Hasta que verlo arrumbado en una pila de hojas, una idea cruzó por su cabeza. La cual era responsable de correr por el pasillo ganándose un regaño por parte de Aoyama y estar ahora dentro del cubo de metal balanceándose con sus pies.

Estaba desesperado por llegar al piso de su novio y contarle la brillante propuesta que quería hacerle.

— Espero que aceptes —murmuró pasando sus dedos con cicatrices sobre la portada. El sonido característico del elevador se hizo presente; abriendo las puertas—. ¡Sí!

Corrió por el pasillo, deteniéndose frente a la habitación de Todoroki. Abrió la puerta con prisa, entrando.

— ¡Shochan!, ¡Shochan! ¡No sabes lo que me encontré en...! —su boca se abrió ante toda la piel expuesta frente a sus ojos—. ¡OH POR LOS MECHONES RUBIOS DE ALL MIGHT! —gritó volteándose hacia la puerta, la cerró para que nadie viera en prendas menores a su novio y recostó la cabeza en ella—. ¡No vi nada..! —se detuvo. Una imagen de las nalgas de Shoto pasó por su mente. Gimió de vergüenza—. B-Bueno sí vi, ¡Pero no todo, sólo poquito, MUY poquito! ¡Lo juro! ¡También lo siento! ¡Ya no volveré a entrar así de repente...!

Detrás de él, Shoto terminaba de ponerse sus boxers. Acababa de bañarse, y había optado por cambiarse en su recámara en lugar del estrecho baño. Pero nunca pensó que su novio entrara justo cuando comenzaba.

Sonrió al darse la vuelta y ver a Midoriya como niño regañado frente a la puerta. Se acercó para tomarlo de los hombros. El cuerpo contrario dio un brinco, pero no le importó; girándolo hacia él. Rió al verlo con los ojos cerrados.

— Te comportas como si esta mañana no hubiéramos despertado en ropa interior —se burló acariciando los brazos—. Es para que ya no tuvieras vergüenza  —apuntó con el entrecejo fruncido—. Anda, abre los ojos.

— ¡L-Lo de la mañana fue distinto! —exclamó empuñando más sus párpados—. ¡Si no lo hubieras hecho, no estaría hablando contigo en estos momentos!

— Pues no parecía, cuándo después de un rato comenzaste a besar mi pecho —reclamó reteniendo una malvada sonrisa. Se agachó hasta estar al nivel del rostro pecoso, moviéndose hasta el oído derecho. Susurró—. En especial mis-

— ¡OKEY YA ENTENDÍ! —gritó sonrojado hasta las orejas. Abrió los ojos, recorriendo con ellos el blanco pecho, el cuello y al final esa mirada heterocromática que tanto le encantaba. Tragó saliva al verlo con el cabello mojado—. Y-Ya los abrí, ¿contento?

Todoroki solamente asintió, dándole un sonoro beso en los labios antes de voltearse y caminar hacia la cómoda, donde se encontraba la ropa que se pondría. Comenzó a cambiarse, todo ante la atenta mirada verdosa.

— ¿Para qué me ocupabas con tanta prisa? —preguntó pasando un suéter con cuello de tortuga sobre su cabeza. Al ponerlo, volteó hacia su novio. Lo encontró viéndolo fijamente. Levantó la ceja albina sonriendo—. ¿Zuzu?

White Christmas || TodoDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora