Han pasado cinco años desde que Kagome había regresado a su época dejando a sus amigos y a Inuyasha, pero durante ese tiempo guardo un secreto el cual era que ella estaba embarazada ella juro que jamás le diría al padre de su hijo, pero cuando regre...
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Sesshomaru se encontraba en el gran templo donde solo se reunían los Inukamis más antigüos se reunían y tomaban las decisiones de con quién unir a sus descendientes.
- Nos complace que esté aquí Lord del Oeste - decía.
Sesshomaru miro a todos y pudo notar lo molestos que estos se encontraban.
- He venido para resolver lo que mi inútil sirviente ha provocado - dijo.
- Si, ya se nos hacía extraño que nuestro más poderoso Daiyokai se comprometiera con una humana - dijo de forma seria - Pero eso no es lo que nos molesta Lord, nosotros sabemos bien que usted jamás se casaría con aquella chiquilla que recogió y salvó en dos ocasiones -
Sesshomaru no entendía las palabras de InuKami que lo miraba fijamente.
- Lo que realmente nos molesta es que se haya apareado con una Miko del futuro - reclamó.
- No entiendo en que les afecta - dijo serio.
- Lord entienda, jamás ha habido un caso como este - decía - Un Daiyokai jamás se había metido con una Miko y no sabemos que clase de desendientes nos dará -
- Entiendan algo aquella Miko jamás volverá a esta época y jamás la marque por lo mismo que jamás volvería a verla si ocurriera un embarazo lo mejor para ella sería abortarlo porque su vida dependería de ese embarazo - explicó serio.
- Realmente no lo entiende Lord -
- ¿Entender qué? - preguntó.
- Lord Sesshomaru como ha desobedecido nuestras reglas no nos queda más que condenarlo al sufrimiento durante tres años - respondió.
Sesshomaru sin entender, sin poder haber hecho algo fue sellado en una esfera dónde sufriría heridas que podían matarlo si su voluntad era crebrantada. En el templo Higurashi todos estaban felices por el nacimiento del nuevo miembro, pero en la habitación de Kagome, ella no se sentía bien, pues sabía que algo malo le había pasado a Sesshomaru no entendía si era por la conexión de su hijo o por el sentimiento mutuo, pero ella estaba conectada de alguna manera con él.
- Tranquila Kagome, de seguro solo fue tu imaginación - pensó.
En los siguientes días Kagome junto a su madre Naomi pasaban el tiempo comprando ropa para bebé y todo lo que fuera necesario para el nuevo integrante.
- Estoy segura que será un fuerte barón - decía sonriendo.
- ¿Cómo puedes estar segura mamá? - preguntó.
- Es una corazonada - respondió sonriendo - Y de seguro este bebé nacerá y crecerá fuerte como su padre -
- Claro que sí, Sesshomaru es lo que hubiera querido - mencionó.
Otro mes paso y los síntomas que Kagome sentía se incrementaban semana con semana, principalmente sus emociones le habían fallado y lloro por el padre de su hijo, la segunda semana necesitaba el olor de Sesshomaru y abrazo la bella peineta de plata, la tercera semana los antojos que pedía eran extraños y solo se preparaban en la era feudal, pero la familia hacía lo que podía y cumplía con cada antojo, la cuarta semana los vómitos y mareos eran seguidos y casi siempre la ayudaba su madre.
- Este nieto mío no ha nacido y ya está dando muchos problemas - decía con gracia.
Y así el tercer mes llegó y el embarazo ya comenzaba haciéndose más notorio en su vientre.
- En unos cuantos meses podremos estar juntos mi pequeño, aún sin tu padre se que podremos salir adelante - decía acariciando su vientre.
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