Han pasado cinco años desde que Kagome había regresado a su época dejando a sus amigos y a Inuyasha, pero durante ese tiempo guardo un secreto el cual era que ella estaba embarazada ella juro que jamás le diría al padre de su hijo, pero cuando regre...
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Después de la larga pelea entre Nao y Kōga, Kagome curaba las heridas de su hijo a pesar de saber que estás podían regenerarse sin complicaciones y Sango junto a sus hijas curaban a Kōga estando en la misma habitación con un ambiente tensó.
- Realmente no entiendo cómo pudiste entregarte a Sesshomaru - mencionó serio.
- Lo lamento Kōga, pero es algo que jamás lo entenderían - dijo vendando a Nao.
- No deberías responder a su dudas madre - dijo serio.
- Vamos Nao no hagas que inicie otra pelea que preocupe a tu madre - mencionó Sango.
Nao no dijo más y solo volteó su mirada.
- Lo siento por la tardanza, pero realmente hicieron un desastre en el jardín - mencionó Miroku.
Miroku e Inuyasha entraban sentándose en medio sintiendo la tensión de ambos yokais.
- Que bueno que llegan - dijo Kagome sonriendo.
Nao suspiró y se levantó para comenzar a caminar hacía la salida, ya que Jaken lo esperaba fuera de la cabaña, pero fue detenido por el agarré de Inuyasha.
- No creo que quieras irte - mencionó.
- Le hice una promesa a mi madre y se que ese Ōkami no se atreverá a acercase de lo contrario destrozarme todo su clan - dijo soltandose - Madre nos vemos -
- Pero tus heridas - mencionó preocupada.
- No te preocupes, están bien - dijo para retirarse.
Nao salió de la cabaña con los puños cerrados, pues dentro sentía un enojo que solo podía irse para no provocar otra pelea.
- Príncipe - llamó.
- ¿Qué sucede Jaken? - preguntó calmando sé.
- Bueno debemos revisar la barrera del lado sur - respondió.
- Vamos -
Dentro de la cabaña más tranquilos todos miraban a Inuyasha a excepción de Kōga que miraba el levemente vientre de Kagome.
- Si quieres podemos escapar, se que no será fácil con tu hijo, pero... -
- Basta Kōga, jamás dejaría a Sesshomaru - interrumpió.
- Es que aún no logró entender porque el, podía aceptar que te quedarás con la bestia, pero con Sesshomaru - dijo.
- Es muy fácil de entender Kōga, yo me enamoré de Sesshomaru y dejé que me marcará y ahora tendremos a nuestro segundo bebé - explicó sonriendo.
Kōga chasqueo la lengua del enojo, pero ya no se atrevió a decir nada.
- Me alegra que estes bien Inuyasha - mencionó - Pero quisiera hablar contigo si me lo permites -
Inuyasha asintió y Kagome con ayuda de Sango se levantó para salir al jardín seguida del hanyō, estando fuera Kagome sonreía al sentir el fresco aire, mientras Inuyasha solo admiraba la magnífica silueta de ella.
- Te perdonó - dijo.
- ¡¿Qué?! - exclamó sorprendido.
Kagome volteó a verlo con una bella sonrisa dejando a Inuyasha confundido.
- Te perdonó Inuyasha, por todo lo que hiciste se que solo querías protegerme, pero así como se lo deje claro a Kōga lo haré contigo - explicó - Yo no necesito que me protejas más porque se que Sesshomaru jamás me haría daño y tengo a un hijo que a pesar de todo me ama y me ha seguido protegiendo -
Inuyasha procesaba aquellas dulces, pero dañinas palabras que se profundizaban en su corazón.
- Deje de amarte Inuyasha hace tiempo y entregue mi corazón aún nuevo amor - dijo sonriendo - Espero que algún día tu y Sesshomaru puedan hacer las pases sin querer matarse -
- Kagome - susurró - ¡¿Por qué siento que te estás despidiendo?! -
Las lágrimas de Inuyasha comenzaron a salir mientras miraba a Kagome con esa bella sonrisa.
- Nada es para siempre Inuyasha - respondió sonriendo - Este bebé nacerá sano y a salvó porque se que Sesshomaru lo protegerá así como Nao -
Kagome se acercó a Inuyasha y lo abrazó, sin embargo el hanyō tenía un mal presentimiento de lo que le pudiese pasar a su antigüo amor.
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