IZUKU MIDORIYA

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No podía evitar sentirse demasiado bien cada vez que lanzaba una miradita y ella se la devolvía, tal vez sin intenciones, pero eso le hacía sentir realmente fascinado ante la chica.

El héroe número uno la había aceptado hace un par de años en su agencia, al principio entró para realizar sus pasantías y prepararse para su futuro profesional como héroe, y al peliverde le impresionó su rápida evolución. En poco tiempo consiguió ganarse a la gente y proclamarse héroe número tres gracias a sus propios méritos. Sí, era joven y preciosa, pero eso no fue lo único que logró cautivar a Izuku.

Desde que entró veía un gran potencial en ella y algo que el resto no tenía. Posiblemente fue a causa de lo joven que era, a pesar de llevarle cuatro años, el de veintitrés la veía como toda una mujer responsable.

Estaría a punto de estallar esa bola de sentimientos que el héroe retenía por mucho tiempo. Pidió verla de inmediato, pronto se harían cinco años desde que ella ingresó a la agencia para su formación en pasantías con héroes, con él. Aprovecharía ese momento y se armaría de valor para declarar todo lo que siente.

—Héroe profesional Deku—pidió permiso uno de los secretarios para pasar al despacho—. La señorita se encuentra en una fiesta.

—Otra vez—susurró para él mismo, maldiciendo el momento tal oportuno en que se le había ocurrido salir a divertirse—. Llámela y dígale que la quiero en mi despacho en quince minutos.

—Bien—hizo una formal reverencia—. Con permiso.

Bufó exasperado dando vueltas en su silla. No entendía la actitud de la chica a la hora de salir de la agencia y tomar su tiempo libre, o sí. Estaría siempre demasiado agobiada, tanto que salía de fiesta cada que tenía oportunidad.

El tiempo parecía eterno, y cada vez que pensaba en el estado en el que la chica podría pasar por su puerta, hacía que la espera se volviera una tortura. Quería verla de inmediato.

La puerta se abrió se golpe. Los pasos eran pesados y casi podía escuchar las pequeñas maldiciones dirigidas hacia él.

—Deku-san—sus labios separándose para pronunciar su nombre lo hicieron estremecerse—. Estoy en mi tiempo libre, ¿sucede algo lo suficientemente urgente para que tenga que venir en persona?—quedó torpemente de pie frente al escritorio. Estaba un poco subida de copas, se notaba por cómo las palabras resbalaban de su boca y el pequeño sonrojo en sus mejillas.

El héroe Deku hizo una pequeña llamada a secretaría para prohibir el paso a su despacho antes de levantarse y dirigirse a la chica.

—¿Qué ocurren? ¿Por qué está tan...?—sus palabras se desvanecieron al sentir la mano del chico tocar su mejilla.

—Eres tan cruel conmigo, ______-san—sus ojos entristecidos mostraban cierto deseo ante ella—. ¿Debo hacerte saber lo que siento cuando alguien, que no soy yo, se acerca a tí?—su mano bajaba por el brazo de la chica hasta acariciar su espalda con la yema de los dedos—. Cuando te vas por ahí, pienso en cómo cualquiera podría tener una hermosa vista de tu cuerpo—sus ojos bajaron hasta el definido escote del vestido—. Eso me vuelve loco—sus ojos se fijaron en los de la heroína.

—Deku-san...—tiró de las mejillas del mayor para comprobar que no se trataba de algún sueño impetuoso—. ¿Usted también ha tomado? Oh, Dios mío—soltó una repentina carcajada—. ¡Se está declarando! Es tan lindo que me dan ganas de abrazarle—se lanzó a los brazos de ojiverde dejando caer todo su peso sobre él por la falta de equilibrio—. ¿Puedo besarle, Deku-san?—dijo en un murmuro lo suficientemente audible.

Tomó a la chica por la cintura, ese vestido ajustado resaltaba todas sus curvas, la ayudó a moverse hasta quedar sentada sobre el escritorio, frente a él.

—Je, je—arqueó una ceja— ¿Le gusta tenerme así, Deku-sama?—mordió su labio inferior haciendo que el chico comenzara a alterarse—. ¿No es usted tan tímido como dicen?

—Tal vez estoy perdiendo las fuerzas—se acercó poniendo sus brazos sobre la mesa, a los costados de la chica—. Tal vez eres una debilidad de la debería encargarme lo antes posible.

—Oh—expresó inocencia en su rostro rodeando el cuello del chico con sus brazos—. ¿Me va a castigar?

Sus rostros iba acortando la distancia poco a poco, sus labios se rozaban y la respiración agitada mezclaba vuestros alientos.
Tomó la iniciativa, demasiado atrevida para el peliverde, deslizó su lengua por los labios del chico para poder entrelazarla con la de este, recibiendo un grueso gemido por su parte.

Rodeó la cintura del contrario con sus piernas, acercándolo y sintiendo de inmediato la su erección presionando bajo su ropa.

—¿Está ansioso...—pronunció en un ligero susurro—Deku-sama?

Moviste tus caderas impaciente por llevar la situación más allá de unos simples roces y besos. El héroe comprendió esto y comenzó a desprenderse de su ropa, tú seguiste sus pasos, volviendo a la misma posición pero en ropa interior.

—Eres tan linda, ______-san—plantaba pequeños besos en tu cuello.

Tú respiración agitada se volvían jadeos, mostrando tu excitación al sentir su lengua lamiendo tus pezones y jugando con ellos.

—Es tan bueno... Sea gentil, Deku-sama~

La forma en la que salía su nombre seguido de aquel honorífico, hacía endurecer su pene y que este se sintiera todavía más contra tí. El sensual movimiento de tus caderas también era una verdadera tortura para él.

Confundido, se apartó de tí al sentir tu mano empujarlo, el pensamiento de tu rechazado comenzaba a invadirle con nerviosismo. Pero entonces, te levantaste del escritorio, caminando a paso lento hasta quedar frente a él y tenerlo entre la mesa y tú. Bajabas, hipnotizado al chico con tus movimientos mientras quitabas lo único que le quedaba de ropa.

Llevó su mano a su boca de inmediato, ahogando ese gemido tan desesperado al sentir su miembro en tu boca. Se mantenía en pie gracias al escritorio, que también le fue útil al echar su cabeza hacia atrás y estabilizarse.

No perdías el tiempo, fromabas movimientos suaves, atrás y adelante, sintiendo el líquido preseminal en tu garganta.

—¡E-Espera-!—clavó sus dedos en la madera del escritorio— ¡______-chan!

Gemiste exaltada. Había tomado tu cabello y tirado de él con algo de brusquedad para evitar tener un orgasmo en tu boca.

—¿No te gusta, Deku-sama?—tu mirada inocente era vista desde arriba por el peliverde, quien jadeaba tratando de regular su respiración.

—Es...Es solo que...

Te tomó en brazos, volviendo a dejarte sobre la mesa y recostarte en ella, acomodándose entre tus piernas y susurrando en tu oído.

—Te quiero a tí.

Te aferraste a su espalda de inmediato. Más que dolor, era demasiado placer en tan poco tiempo, una ola de excitación te invadía por completo.
Izuku pudo notar esto enseguida, chillaste y encorvaste tu espalda a la vez que dejabas un rastro rojizo sobre su piel al clavar tus uñas en su espalda.

Sus ojos te lanzaron una mirada de advertencia. Si no mantenían un volumen adecuado los terminarían descubriendo.

Comenzó a moverse, ahora sus labios atendían los tuyos para evitar problemas. Abriste tu boca queriendo profundizar. Tus gemidos se ahogaban en él.

Abriste tus ojos por unos momentos y lograste contemplar pequeños destellos envolveros. Ahora entendías cómo era capaz de aumentar su ritmo a cada momento y hacerte sentir todo dentro de tí.

Al principio fue accidental, su quirk simplemente se descontroló por unos momentos, pero eso hizo a la chica reaccionar de una forma increíble, excitando todavía más al chico, por lo que decidió usar su don y complacer a su compañera.

—Eres tan rudo... ¡Izuku!

Rara era ocasión de llamarlo por su nombre de pila, pero era perfecta esta vez.

—Me gustas...—sus anchas manos apretaron tus caderas—. ¡Me gustas tanto, _____-chan!

Así, ambos terminasteis en un magnífico orgasmo, sincronizados y unidos en una hermosa noche que, por supuesto, se volvería a repetir.

PERSONAJES ANIME X TÚ || ONE-SHOT || LEMONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora