PERSONAJES ANIME X TÚ || ONE-SHOT || LEMON

ASMODEUS ALICE

Desde la semana pasada todo parecía encajar en la cabeza del pelirosa. El que trataba como a un amo, le había ayudado a alcanzar la iluminación haciendo que la realidad le golpeara la cara.

Él estaba enamorado de su amiga de la infancia.

Se conocían desde niños por el apellido de sus familias pero, dada su ignorancia, no era capaz de aceptar sus sentimientos. Pero Iruma fue un factor clave en su revelación.
Ahora Alice haría todo lo posible por conquistarla, casi a tal punto de comportarse con ella como lo hacía con el de cabellos azules.

—Estás loco—se echó atrás con espanto—. ¿Qué te pasa últimamente?

—¿Te he dicho lo hermosa que luces hoy?—se arrastraba de rodillas frente a ella—. Tal sonrisa es solo digna del más hermoso ser que habita en todo el universo.

—Azu... En serio, ¿qué ocurre contigo?

—Me gustas tanto, _______—tomó las manos de la contraria besándolas con un fuerte sonrojo en sus mejillas—. Casémonos y tengamos hijos.

—¿Sabes? Ven a verme después—apartó sus manos—. Hablaremos tranquilamente y solucionaremos todo esto.

—¿¡Estar en la habitación de la chica que ha robado mi corazón!?—su sonrojo aumentó—. ¡De tan solo pensarlo se me acelera el corazón!

Él estaba completamente loco, ni siquiera mencionaste el hablar el asunto en tu cuarto, pero tú lo estabas todavía más, así que ya tenías todo preparado para esta noche.

Cuando ibas a segundo año con él, parecía no enterarse de tus intenciones, mucho menos de tus sentimientos. Sin embargo, ahora que habían llegado a la edad adulta, su cambio tan radical respecto a su conducta contigo te hacía desearlo todavía más, aunque no lo mostraras.

Esperabas impaciente el sonido del timbre hasta que finalmente llegó. Bajaste las escaleras con entusiasmo y abriste la puerta con una pequeña sonrisa en tu rostro.

Él formaba un corazón de fuego con sus dedos, mirándote con ternura y docilidad.

—Bienvenido—te echaste a un lado—. Pasa, por favor.

—Con permiso.

Antes de ofrecerle nada, ya se encontraba de rodillas en el suelo, tomando tu mano para besarla con una amplia sonrisa en sus labios.

—Es un honor poder acompañarla esta noche, mi señora—te estremeciste ante sus palabras—. Tengamos la mejor de las veladas.

Lo habías estudiado por mucho tiempo, hasta dar con lo que realmente necesitabas saber.

—Alice...

—¿Sí?

—¿Has pensado alguna vez en experimentar el masoquismo?

La pregunta fue demasiado directa, tanto que no sabías si su expresión se debía a ello o a que tus estudios habían fallado y te tomaría por una demente. Pero entonces sus ojos brillaron sobre los tuyos.

—¿Quiere hacerlo conmigo, mi señora?

—¿Q-Qué?—su reacción te había sorprendido más.

—Oh, mi señora—esas palabras salieron casi en un gemido—. Hagámoslo. Pero sea gentil conmigo, se lo ruego~

Tragaste saliva con fuerza, pero finalmente apretaste sus manos para traerlo hacia tí y sellar sus labios.

—¿Tengo tu consentimiento?—tus ojos lo devoraban con deseo.

—Usted tiene todo de mí, mi señora.

Volviste a apresar sus labios, esta vez en un beso más profundo mientras que vuestros cuerpos se iban adaptando a la situación.
Alice se dejaba llevar por tí, abriendo su boca en cuanto pasaste su lengua por su labio inferior para entrelazarla con la suya y jugar a gusto.