Parte 11.

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— ¿Y qué tal?

Una pausa.

— ¿Rico?

El rubio miró al chico pálido a su lado que le miraba emocionado como si hubiera hecho el mejor descubrimiento del mundo.

— Yoon, es una mandarina.

— Sí, sí. Pero-

TaeHyung rápidamente metió un gajo de mandarina en la pequeña boca de YoonGi que fue interrumpido, obligándose a masticar de aquel cítrico el cual era su favorito.

— Es temporada de mandarinas, son deliciosas, TaeTae.

— Sí, Yoon, pero me prometiste un delicioso desayuno. Esperaba unos hotcakes, leche con chocolate.

— Bueno, podemos hacerlo otro día, ¿qué te parece mañana?

Desde aquella vez en la cafetería han estado recurriendo a ambas casas antes de la escuela y después de la escuela. Ha pasado ya una semana de aquello. Hoy viernes es donde más TaeHyung ve a JungKook, debido a sus clases y talleres opcionales. Estaba un poco nervioso por aquello, pero trataba de relajarse tal como le ayudaba YoonGi.

» Flashback.

Sollozos y un cuerpo tembloroso yacía en la esquina de aquel salón de música donde estaban YoonGi y TaeHyung en la hora del receso, luego de Tae haber visto cómo JungKook tomaba a Irene para dejarle un chupetón en el cuello, justamente cuando el rubio estaba formado para comprar algo en la cafetería de la escuela.

— Tae ¿Todo esto es por JungKook?

El rubio no respondía y sólo seguía inmerso en sus pensamientos, recordando aquella escena. La forma en la que JungKook le miraba, mientras le hacía aquello a Irene, queriendo demostrar que JungKook estaba demasiado bien sin TaeHyung, como si no hubiese valido nada su amistad, por lo menos eso. Aceptaba su error por el viagra y su calentura, pero había más.

Unas manos cálidas y grandes, tomaban con cuidado el rostro del menor, logrando que TaeHyung volviera en sí, manteniendo los sollozos, pero ya sin pensamientos que le aturdieran. YoonGi pareciera ser alguien frío, pero sus manos, su forma de ser y de mirar eran bastante cálidas, TaeHyung era el que podía comprobarlo. Se encontraban bastante cerca. Rostro a rostro. YoonGi de cuclillas y TaeHyung sentado abrazado de sus piernas. Sus ojos se cruzaron, manteniéndose la mirada unos largos segundos.

— Tae, puedes hablarlo conmigo.

El nombrado sólo mantuvo su mirada en el chico pálido frente a él, reduciendo lo rápido que respiraba. Apretó sus labios en señal de temor en si hablar de todo, incluyendo que drogó a su amigo para saciar aquellos deseos sexuales que tenía con él.

— Es sobre JungKook ¿Verdad? — volvió a preguntar el mayor

— Sí, era mi mejor amigo y pasaron muchas cosas — hizo una pausa, buscando las palabras correctas para expresarse —. Al final no terminó como yo esperaba, pero es todo por mi culpa.

— En situaciones de dos, la culpa es de ambos — mencionó YoonGi, retumbando esto en la cabeza de TaeHyung, que le hizo estar aún más calmado —. ¿Puedo saber qué sucedió?

— Supongo que puedo confiar en ti — dejó soltar un suspiro pesado. YoonGi se hizo a un lado para no incomodar a TaeHyung —. Soy homosexual — continuó hablando TaeHyung, desviando su mirada para evitar ver la reacción de YoonGi —, comenzó a gustarme JungKook, que fue mi amigo desde secundaria. La forma en mostrarle que me gustaba estuvo mal — pronto un color rojizo se pintó en sus mejillas al recordar la primera vez que se atrevió a ponerle aquella pastilla azul en el agua —, pero creía que iba a corresponderme, porque comenzaba a actuar como quería, sólo que me daba un poco de miedo a veces. No todo fue como creí, a JungKook no le gustaba, sólo me usaba y sí, sé que fue por mi culpa — soltó un suspiro y recordaba las anteriores palabras de YoonGi —, la de ambos, pero si hubiera hablado mis sentimientos, sería diferente o quién sabe. JungKook no es gay como yo...

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