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Parte 8.

El pelinegro se encontraba en su casa cómodamente acostado en el sillón de la sala, jugando videojuegos enérgicamente donde cada partida la ganaba, así que ya estaba aburrido de que fuera así. Se  levantó luego de apagar la televisión de mala gana, viniéndose a su cabeza las palabras que le había dicho su mejor amigo confesando su amor y además pidiéndole que ya le pidiera ser su novio. JungKook hizo una mueca ante eso, rascando su nuca desesperado. Tomó su celular, notando los muchos mensajes que TaeHyung le había dejado. Unos 50 o quizá más, pues en la barra de notificaciones se mencionaba un "+50".

TaeHyung ralmente estaba enamorado de él y JungKook no sabía lo que sentía realmente.

Y es que no se puede enamorar a una persona sólo drogándolo.

Antes de poder llamar a TaeHyung, le marcó a su fiel amigo Jimin.

— Hey, rata de labora-

Se oía por el teléfono esa voz chistosa que tenía el más pequeño de estatura que fue interrumpido.

— No me llames así, idiota. Te hablo porque tengo una — se quedó callado por un instante pensando qué decir y que no se viera su problema —... Tengo una prima y bueno ya sabes lo típico, su mejor amigo le gusta y demasiado, ya se han besado y sobrepasado de eso. Mi prima ya se le confesó a él, pero él no le quiere dar respuesta del todo, dijo que también le gustaba, pero duda en si le gusta. Es que hablo con él y pues ambos me cuentan qué sucede, pero ¿crees que pueden llegar a ser novios?

— Yo digo que su mejor amigo es un estúpido y tu prima se merece algo mejor. Ahí tienes la respuesta. Una disculpa a tu prima, pero hasta el ser más tonto del mundo se daría cuenta que la están usando, pobre de ella.

JungKook al escuchar esto se quedó perplejo. Fue como si una lanza le atravesara su pecho, sintiendo ese dolor fuerte que te hace morir lentamente y no de inmediato.

— ¿Tú crees?

— Ya lo dije, Jeon. Si de verdad le gustara tu prima no sólo se besarían ni follarían cada que se vieran, sino que habría más interés en ella que en su propio físico y gemidos. Ya sabes, citas, detalles, regalos. Pero ese estúpido le vale un cacahuate tu prima, deberías cuidarla más.

« ¿Debería cuidar más a TaeHyung? »

— Bueno, gracias, Jimin.

Y sin decir más colgó el teléfono. Echándose nuevamente en el sillón, totalmente vencido.

¿Qué sentía realmente por TaeHyung?

Cerró sus ojos tratando de pensar bien las cosas, de ver si había algún cosquilleo por ahí, pero sólo lo había en otro sentido para nada romántico. Se estaba esforzando en ver si por lo menos había algo que le hiciera latir su corazón de forma tierna, pero lo hacía viniéndose a la mente el trasero de TaeHyung. Frustrado aventó su celular sin pensar bien lo que había hecho.

— ¡Maldita sea! Aish.

Sólo maldecía en voz baja, yendo por su teléfono roto de la pantalla hasta que el timbre de su casa se escuchó, yendo a ver de quién se trataba, asomándose por el hoyito de la puerta. Abrió de inmediato.

— ¿TaeHyung?

Estaba rojo de su cara, su nariz, alrededor de sus ojos. Había estado llorando.