RONRONEO DE OMEGA (Stony)

628 46 5
                                    

Steve pre suero (alfa) Tony (omega)


Después de eso, continuó observando su progreso. Mentiría si no dijera que sentía lástima cuando lo veía esforzarse por hacer una lagartija, cuando debía seguir el trote de la tropa, pero sabía que el alfa se esforzaba por dar lo mejor de sí. Su padre seguía vigilando cuando podía y se aseguraba de que ningún alfa se acercara a Tony más de lo que debía, no quería que su pequeño acabará con alguno de esos maliciosos alfas.

No consideraba a ninguno digno para su cachorro. Y nadie en la vida lo sería.

Pues Tony era su mayor tesoro y triunfo. Él se había hecho cargo del bebé que tuvo con esa mujer, él junto con Jarvis se aseguraron de darle lo mejor y hacerlo un gran omega, como ningún otro. Howard era un alfa que tenía gran fama como completo conquistar y donjuán, conocía a los de su género, pues los alfas tenían esa fama y sabía que ante sus ojos su pequeño y amado Tony solo era pedazo de carne entre muchas otras. Sabía lo hermoso que era su cachorro, pues no pasaba por desapercibidas todas las miradas que captaba su primogénito, por ello cuando lo encontró acostado junto con Rogers en aquella cama, su interior ardió en cólera y celos, pues aquel alfa lo estaba cubriendo con su aroma. Su alfa quería salir y atacar al rubio por tocar a su cachorro, pero se contuvo al ver como Anthony se acercaba a él, escondía su rostro en su pecho y como se sentía protegido entre esos delgados brazos.

Sabía que su cachorro lo había escogido, que su omega lo había elegido como su alfa y el escuchar su ronroneo lo hacía más claro.

Howard permitió a regañadientes que Tony fuera al laboratorio junto con Rogers y Peggy en aquel auto, quería que se adelanta junto con él para comenzar a preparar todo, pero nunca fue capaz de negarle nada a su cachorro y accedió, su corazón se calentó al ver los ojos avellana de su pequeño brillar.

Ahora Tony veía por el reflejo de un espejo como Steve terminar de alistarse e irse de ahí para comenzar con el proyecto Renacimiento. Veía como su delgado cuerpo era cubierto por ropa que quedaba un poco holgada en su delgado cuerpo.

— Tony... — escucho al rubio llamarlo y volteo a verlo, grave error pues lo vio semi desnudo, solo con el par de pantalones color beige que le quedaban un poco grandes, tenía a la vista su pecho delgado, cuando lo vio desvió la mirada, quería que el mundo se lo comiera pues sentía como el calor llegaba a su rostro.

—¿Q-Qué sucede? — su mirada era curiosa y volvió a mirar ligeramente en su dirección y vio como el rubio comenzaba a colocarse la camisa, al igual que él podía ver un ligero color en sus mejillas.

— ¿L-la agente Carter vendrá con nosotros? — el calor en sus mejillas comenzó a bajar al escucharlo, asintió ligeramente pues aunque intentó convencer a Peggy que los dejara ir a ellos dos solo, ella junto con su padre se lo negaron — ya veo.

— La agente Carter en una bonita omega — dijo algo molesto, pero cuando meditó sus palabras se dio cuenta de que no solo las había pensado.

— Lo es — solo lo escucho decir y al hacerlo, su corazón se sentío un poco desilusionado.

— ¿Entonces te gustan ese tipo de omegas? — preguntó temiendo por su respuesta.

— No tengo un tipo de omega ideal, pero si tuviese que decir algunas cualidades que me gustan, diría que — lo vio caminar esos pocos metros que los separaba — debería tener un par de hermosos ojos cafés, que esten llenos de brillo, ilusión y esperanza, un cabello esponjoso y suave, un aroma dulce y cálido del cual nunca me canse de sentir — aquel calor que había comenzado a disiparse en sus mejillas volvió.

Su omega ronroneo ante sus palabras y aún más al sentir su aroma de manzanilla y madera. Sabía que su imaginación y mente volaban, su cabeza siempre pensaba de más y comenzaba a ver e imaginar cosas que no eran.

OMEGACEMBERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora