Hay momentos en la vida que dependen de unos segundos. Salir un poco más tarde de casa, alcanzar a pasar un semáforo cambiante, detenerse a mirar un anuncio. Segundos más, segundos menos, que determinan nuestra participación en hechos decisivos.
Si aquel muchacho hubiera hecho una sola cosa de manera distinta, quizás no habría terminado estrellado contra un muro de contención. Pero así como los planetas se alinean, los eventos también lo hacen. Bien dice mi abuela: cuando te toca, ni aunque te quites; y cuando no te toca, ni aunque te pongas.
Si yo no hubiera llegado tan temprano a la universidad aquel día, el Doctor Ulises habría sido asignado a mi compañera de laboratorio en vez de a mí. Ése fue el primer planeta alineado. Y los próximos planetas, más pesados y más grandes, no tardarían en posicionarse.
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Tira y Afloja
RomanceHace unos días, un muchacho de la ciudad murió en un choque automovilístico. Iba manejando presuroso por una curva, cuando un muro de contención se metió en su camino. El patinar de las llantas, un estruendo titánico, pedazos volando. El coche qued...