Capítulo 1: Las cosas que pasan en la noche de 1870

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La brisa seguía corriendo mientras movía las hojas de los árboles, el verano estaba por terminar y el crudo invierno estaba asechando cada rincón del bosque, las flores y animales se estaban preparando para ese momento, como cada año, refugiarse h...

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La brisa seguía corriendo mientras movía las hojas de los árboles, el verano estaba por terminar y el crudo invierno estaba asechando cada rincón del bosque, las flores y animales se estaban preparando para ese momento, como cada año, refugiarse hasta la siguiente estación.

En lo más profundo del enorme bosque, en lo más alto de las montañas, en donde las estrellas se mostraban en cada espacio del oscuro cielo; una cabaña que después de tantos años, seguía manteniéndose estable y firme, hasta parecía que cada día las paredes de madera se reforzaban y ganaban un color más vivo.

Ciertamente, un, ya no tan pequeño, doncel era quien mantenía viva aquella cabaña que se había convertido en su nuevo hogar después de aquel arrebato y abandono de parte de sus más cercanos seres. Pero él ya no era el niño de quince años, había madurado; los dioses lo habían bendecido con hermosos cabellos dorados como el oro puro, ojos color miel y rasgos tan delicados como los de un ángel.

Oh, y esa sonrisa.

Park Jimin podría atrapar a cualquiera con tan solo deleitarlos con esa bella sonrisa.

Lastima que nadie tuvo la suerte y el deleite de conocer a tan bello y puro ser.

- ¡Jimin! ¡Jimin!

Bueno, por lo menos ningún ser humano

- ¡Ya llegamos! - Las ninfas del bosque con apresuro se acercaron al joven mientras este se encontraba recogiendo las últimas flores que quedaban en el campo junto al arroyo

Las ninfas eran pequeñas y preciosas criaturas, de tes morena y de ojos azules, atractivas e irresistibles y, aunque su intención es siempre el de ayudar a su único amigo doncel, Jimin, a refrescarse y llenarlo de regalos cuando está junto a las flores del arroyo, estas no pueden evitar que este se olvide de sus quehaceres si lo llegan a ver más distraído de lo normal, eran totalmente melosas al doncel.

Se dice que aparecen muy pocas veces y que no hablan, sino que estas se comunican mediante alegres canciones, siendo las responsables del sonido de los ríos; pero a quien engañan, a Jimin no claramente, estas hablaban hasta por los codos, solo que no lo hacían por temor a la raza humana y que su raza se extinguiera.

- Yeji, que es este alboroto - Pasó todas las flores al lado derecho de su brazo mientras que con el otro lo apoyaba en el suelo e impulsarse para levantarse ahí mismo - Vienen con algo nuevo ¿no?

Los pequeños cuerpos de sus únicas amigas comenzaron a revolotear por todos lados, y es que, nuevamente, le llevaban regalos que hallaban alrededor del bosque; siempre que pasaban y encontraban a la vista, lo tomaban entre ellas e iban a llevárselo a su amigo para que lo colocara junto a los demás en su colección.

- Encontramos algo grande esta vez, como verás, nosotras no sabemos que es y esperábamos que no tu lo hicieras y nos lo dijeras - El grupo de ninfas que se encontraban atrás se acercaron y dejaron el objeto justo delante de él

La leyenda de MeropeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora