Capítulo 4: Esto está mal

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Al principio las cosas parecian no avanzar, era como si ambas especies no se agradaran desde un inicio, y es que, desde que Yoongi decidió tomar la mano del rubio e ir hacia donde estaban todo el tumulto de ninfas, las menores detrás en muestra de...

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Al principio las cosas parecian no avanzar, era como si ambas especies no se agradaran desde un inicio, y es que, desde que Yoongi decidió tomar la mano del rubio e ir hacia donde estaban todo el tumulto de ninfas, las menores detrás en muestra de protección a su frágil especie; se encontraban a una distancia considerable y nadie daba el paso se acercarse al otro.

El rubio trataba de que puedan conocerse y llevarse bien, pero el miedo estaba en ambos lados, uno creía que si el pálido se acercaba, podría ser algún cazador y lastimarlas, pero este solo pensaba que si el se acercaba, ellas le harían daño al ser la primera vez que se veían.

Esto es realmente incómodo

- Como sabemos que podemos confiar en un humano como tu - Habló una de las ninfas

Vaya manera de comenzar una conversación - Pensó el rubio

- Ni siquiera sabía que existían, como podría hacerles daño, además si no fuera por Jimin no me acercaría tanto a ustedes - Refutó

La situación era bastante, demasiado incómoda

Jimin pensó que tal vez, solo tal vez ambos podrían llevarse bien aun con sus notables diferencias, pero uno tenía miedo y las demás simplemente no confiaban del todo.

Si tan solo Yeji estuviera ahí, todo sería menos complicado.

- ¡El sol ya está por salir! - Captó la atención de todos al querer desviar la incomodidad - Vamos Yoongi, tienes que ver el amanecer - Entrelazó sus manos y de un tirón logró levantarlo del suelo para llevarlo a lo más alto de la montaña

Un gran árbol en el centro de la parte más alta de la montaña logró formar un buen lugar para visualizar de la mejor manera aquel atardecer.

Pronto la sombra que dejaba el árbol comenzó a aparecer y correrse al mismo tiempo que el sol de alzaba por el horizonte, aclarando el cielo con visibles manchas blancas en cada parte de el.

- Es hermoso ¿no lo crees? - Asintió

El pálido sintió como su corazón se detuvo por un momento cuando sintió como la cabeza del menor se recostaba sobre su regazo con los ojos cerrados mientras dejaba que la calidez del aire que corría suavemente, jugara y revoloteara su cabello.

Inconscientemente pasó su mano por aquellos traviesos mechones de la cabellera rubio y apartarlos de su rostro para observarlo mejor. Era hermoso. No como cualquier otro hombre que haya visto, él era simplemente único y hermoso.








(...)








- No hay mucha comida, pero es suficiente para los dos durante algunos días, te va a gustar

- Jimin - El nombrado emitió un audible sonido entre sus labios permitiéndole que continuara al pálido continuar - ¿Desde hace cuanto estás aquí? En el bosque

- Desde que tengo memoria, mis padres me criaron junto a mis hermanas en esta casa, entonces podría decirse desde siempre

- Y alguna vez no pensaste en ... ¿irte? - Detuvo todo lo que estaba haciendo y volteo haciendo que sus miradas se encontraran - Las ninfas de seguro te dijeron de que no muy lejos de aquí hay un pueblo, en donde puedes vivir mucho mas cómodo que aquí

- Te recuerdo que no sabía de ustedes hasta que llegaste - El contrario asintió recordando su conversación la noche anterior - Pero no, estoy bien aqui

- ¿Solo?

Aunque en realidad no estaba completamente solo, le seguía pareciendo ridículo la idea de que el rubio siguiera viviendo ahí con esas ... criaturas.

- Te responderé si me dices quien fue que te estuvo persiguiendo el día de ayer y te hizo daño

Eso lo tomó por sorpresa, sabía que en algún momento le preguntaría sobre esa noche, pero no creyó que lo haría tan pronto; aun no se sentía listo para abrir su corazón y hablar sobre todos los pecados que había cometido que lo llevaron hasta donde se encontró esa noche.

- Ellas creen que te lo hicieron las mismas personas que te rodeaban, dime, porque querría vivir rodeado de personas que en algún momento podrían hacerme lo mismo que te hicieron a ti

- Porque tu no eres como yo, a las personas como tu no les hacen el mismo daño que les hacen a las personas como yo

Y tenía razón, la forma en que castigaban a las personas, era lo que se consideraba más como el peor castigo de todos, ni siquiera te torturaban; los ataban con las manos en las espaldas y cubrían su rostro con costales de tela mientras disparaban todas las flechas hasta matarlo y a veces de más solo por el simple echo de que les divertía hacerlo.

La noche anterior Yoongi había logrado escapar de milagro, sino fuera por uno de sus amigos su cuerpo estaría arrimado junto a los demás cuerpos de los que eran sus amigos, pero solo habían terminado ser los causantes de su perdición al final.

- Y que tipo de personas eres Yoongi - Caminó y se mantuvo cerca al cuerpo de su mayor manteniendo aun el contacto visual

- Soy una mala persona Jimin - Sintió la calidez en el lado derecho de su mejilla cuando el rubio posó una de sus manitas en el mientras negaba una y otra vez lentamente

- No eres una mala persona, yo se que no eres una mala persona, lo se Yoongi

- Jimin tu no entiendes, yo- La presión en sus labios le congeló toda la sangre de su cuerpo

Lo estaba besando

Su cuerpo estaba en shock, estático, no podía articular ni hacer ningún movimiento; y aunque tal vez no hiciera nada, el tan solo sentir esos esponjosos y carnosos labios rosados sobre los suyos lo hacían sentir ... bien.

Pero no duró tanto como lo deseaba, sus manos empujaron el cuerpo más pequeño lejos de él, lo que estaba haciendo estaba mal, era pecado.

- No vuelvas a hacer eso, esta mal

- Quería demostrarte que confiaba en ti

- Si pero, no así ... Jimin, lo que acabas de hacer esta mal, es ... pecado

- Mis padres me enseñaron que pecar es cuando haces algo malo, y yo no hice eso

- ¡Claro que es malo! ¡Un hombre no puede besar a otro!

¿No se podía?

¿Había entendido mal?

Siempre creyó que lo que sus padres se referían al amor de que, solo es eso, amor, sin importar quienes sean, amor es amor. Lo más puro de este mundo. Como algo como eso podría ser pecado.

La leyenda de MeropeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora