Extra II

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Miles.

Me detuve frente a la tumba, mirándola con pesar. Me agaché en cuclillas y puse las flores sobre la misma, con delicadeza. Leí el nombre sobre la piedra tallada y pasé mi mano por cada letra:

Daniel Adams.
1973 — 2018.

«Inolvidable servidor de la nación. Excelente esposo y amigo».

Solté un suspiro lleno de nostalgia.

Hoy se cumplían 5 meses desde su fallecimiento. 5 meses desde que Keira hizo ese último asalto y asesinó a 3 personas, incluyendo a Dan. 5 meses desde que nos dimos cuenta que nos vio la cara de idiotas todo este tiempo. 5 meses desde que se fue. 5 meses sin ninguna pista concreta que nos llevara a su paradero. Desde entonces, no hay día que no me sienta frustrado e impotente.

—Te acordaste —dijo una voz a mi lado.

Di un ligero respingo por la sorpresa. Debí haber estado tan concentrado que ni siquiera escuché cuando se acercó. Lucy, la esposa de Dan está parada junto a mí, sosteniendo un ramo de flores.

—No podría olvidarlo, ni aunque quisiera —respondí en un murmullo.

Se agachó y depositó las flores junto a las mías. Acarició las letras justo como lo hice yo y alcancé a ver cómo se limpió una lágrima de la mejilla.

—5 meses parecen ser muy poco, pero se han sentido como una eternidad sin él.

Tragué duro, sintiendo un nudo en la garganta. La culpa, impotencia y arrepentimiento llegaron a mí nuevamente.

—La voy a encontrar —le prometí—. Voy a hacer que pague por esto y todo lo que hizo.

Se levantó, despacio y con dificultad; con su mirada aún puesta sobre la tumba.

—Ella no lo hizo.

Casi rodé los ojos. No puedo creer que la siga defendiendo después de todo. Su indulgencia no tiene límites.

—¿Cómo es que estás tan segura? —la miré, enarcando una ceja—. Siempre la defiendes, aun sabiendo todo lo que hizo.

Me miró un momento y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios al mismo tiempo que negaba, lentamente.

—Si te dijeran que tu mejor amigo asesinó a alguien, ¿lo creerías?

Solté una risa sin gracia.

—Mi mejor amigo es agente del FBI también —objeté—. Esas cosas pasan en enfrentamientos, a veces.

—Claro, totalmente entendible. Pero ¿y si yo te dijera que fue intencional? Que fue porque quería hacerlo, ¿qué dirías?

Negué de inmediato.

—Sé que debería haber otra razón porque tenemos normas y principios. No podemos hacer eso.

—Las normas y principios no lo son todo —repuso, tranquilamente.

Suspiré.

—Sí, pero yo lo conozco y sé que tendría que haber una razón detrás... Si es que lo hizo.

—Yo pienso lo mismo de Keira —me miró con gentileza—. Yo la conozco y sé jamás haría algo así. No solo porque Dan era un padre para ella, sino porque conozco su corazón.

Una risa sin gracia provino de mi garganta provocando que ella me mirara, curiosa.

—¿Acaso tiene uno?

Atrápame si puedes (Completa✔️)Where stories live. Discover now