Capítulo 6

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Keira.

—No, no, no, y no.

—Sí, sí, sí, y sí.

—No voy a hacerlo, Luna.

—Admite que es un buen plan —insistió.

Suspiré dejando mi rebanada de pizza sobre el plato.

—Lo es —ella aplaudió emocionada y rodé los ojos— pero lo que tiene de bueno, lo tiene de riesgoso.

—Keira, todos tus movimientos son riesgosos —dijo con obviedad.

—Pero están totalmente calculados, sé qué consecuencias tendrán y cómo manejarlas... —hice una pequeña pausa— pero esto es otro nivel, no voy a poder tener el control y lo sabes.

—¿Por qué no?

Quise cachetearla.

—¡Porque yo no controlo las decisiones de los demás!

—¡Ay! Pero no me grites —hizo un puchero.

Suspiré con frustración y le di una mordida a mi pizza de mala gana.

—¿Vas a decir que no habías pensado en esa posibilidad? —inquirió.

Por supuesto que había pensado en ella.

Había sido de las primeras cosas que habían pasado por mi mente. Era algo que no dejaba de pensar, tanto en los pros como en los contras.

Mantener el vínculo con Miles podría darme ventaja sobre él, pero también podría hacerlo llegar más rápido a mí.

Era un arma de doble filo.

—No es tan fácil, Luna.

Bufó.

—Claro, qué difícil mantenerte cerca del policía sexy —suspiró dramáticamente— pobrecita, alguien pare con su sufrimiento.

Rodé los ojos.

—Sabes que no hablo de eso.

—Qué envidia —ignoró mi comentario y recargó la cara sobre su puño— no todos los días te encuentras a un hombre así.

—¿Se te olvida la parte donde él me va a meter a la cárcel? —enarqué una ceja.

Chasqueó la lengua e hizo un ademán quitándole importancia.

—Detalles más, detalles menos.

No respondí y seguí comiendo con el ruido de la televisión de fondo. Estábamos viendo una película, pero realmente no le estaba prestando atención.

—Ya, hablando en serio —insistió— podría ser una buena idea, considéralo.

Asentí.

—Ya sabes lo que dicen: Mantén a tus amigos cerca... —citó.

—Pero a tus enemigos más cerca —completé la frase.

Me dio una sonrisa aprobatoria y volvió la vista a la televisión.

Unas horas más tarde, volví a mi apartamento porque necesitaba estar sola e investigar ciertas cosas.

Me bajé del taxi cuando me dejó frente al edificio. Escuché un ruido a mi derecha y, por el rabillo del ojo, vi un movimiento en el callejón de a lado. Me incliné hacia atrás para ver qué era, pero desde mi lugar no podía ver mucho.

Me acerqué a pasos precavidos y acomodando las llaves entre mis dedos en caso de necesitar defenderme, pero suspiré aliviada al ver que solo eran un par de gatos buscando en la basura.

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