Cuando la luna brilla por ultima vez

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En las paredes de la habitación rebotaban sonidos lascivos sin cesar.
La rubia estaba encima de una azabache que le costaba respirar.
Marinette, que se encontraba retorciéndose de placer, sostenía la cabellera de la rubia, incrustando sus dedos en esta, el sudor en sus cuerpos, el calor, las ganas de seguir y el alcohol en sus cuerpos era el detonante más divino para aquellas chicas.

–Chlo-oé...mmm.

Decía Marinette mientras que la rubia la embestía con sus dedos. Claramente, Marinette estaba por terminar y su gemido fue callado por un beso apasionado de Chloé. Aquel orgasmo era uno de los muchos que habría tenido esa noche.

Luego, Chloé tomó con una de sus manos el rostro de Marinette acariciándolo como si fuera de porcelana, Marinette apegó su rostro al suave gesto de Chloé.

Chloé, con la voz ronca y una mirada dulce, le confesó un secreto a su contraria.

–Marinette, te amo.

En la actualidad…

Chloé estaba comiendo su merienda en silencio mientras que los demás hablaban amenamente.
En ese momento, un recuerdo se hizo presente en la mente de Chloé, este fue tan vergonzoso que tuvo que mentirle a sus compañeros para poder escapar del lugar, además, su mente la castigaba siempre que tenía a la azabache cerca.
Luego de recordar aquella escena de un cuerpo desnudo, una cabellera azabache despeinada, una mirada dulce y suplicante, el ruido de la respiración agitada, el color carmesí de sus mejillas y el sabor cereza de sus labios…

«¡MALDITA SEA DEJA DE PENSAR EN ESO!»

Salió corriendo del lugar, y en todo el trayecto se maldijo internamente, se encerró en el baño y trató de calmarse, pero fue interrumpida por el sonido de la puerta.
Rápidamente la rubia reaccionó diciendo

–Ocupado.

pero su postura cambió al escuchar la voz de la chica que le hizo perder la cordura.

–Chloé, soy Marinette, quería saber si estás bien.

La rubia abrió la puerta haciendo que la azabache la viera nerviosa y confundida.
Chloé la acorraló dentro del baño.

–¿Tú lo recuerdas? –dijo Marinette.

Dijo temerosamente la azabache, después de todo fue ella quien en realidad aprovechó la situación.
Chloé no dijo nada y se apoyó en el pecho de su contaría.

–Perdón, Marinette te hice algo…luego de lo que te hicieron, perdóname.

Marinette entendía el porqué la rubia se disculpaba, pero cuando estaba con Chloé se sentía tan segura, que hasta pensar en aquel incidente se le hacía tan raro, como si nunca hubiera pasado. Rodeó a la rubia con sus brazos y le susurro.

–Perdóname a mí, que fue por mi culpa que terminaras así, además, quería decirte algo.

[...]

Pasaron más de cinco meses, Chloé y Marinette han estado saliendo, conociéndose apropiadamente y tratando de ayudar a la azabache a superar su trauma (Aunque Marinette se sentía cómoda con Chloé, no podía hablar sola con chicos, le da a ataques de pánico).

Por otro lado, (dos meses antes de que Marinette le confesara sus confusos sentimientos a la rubia), se descubrió que el modelo Adrien estaba en una relación romántica con Luka, algo que al grupo de amigos en general no le pareció tan impactante, no como la noticia de que Marinette y Chloé salían.

Entre citas, estudios y carreras las dos chicas terminaron felices.

Fin…

「❀*ೃ Recordemos algo⚘ ˏ'୭̥ Where stories live. Discover now