• 4: Hacer al público temblar •

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Multimedia: "Because the night" - Patti Smith

No era una noche cualquiera para Vienna Ferrari. De frente a su computadora portátil, los largos dedos con uñas oscuras comenzaron a saltar entre las teclas. Se encontraba creando una nueva entrada para su blog, ese que había comenzado solo algunos meses atrás, y que desde entonces era un fiel compañero. En él redactaba anécdotas, historias, reflexiones, consejos y lo que surgiese. Procuraba, a los efectos de mantener la privacidad, cambiar siempre los nombres de las personas y de los lugares mencionados. La entrada fue breve y sencilla, pero con un mensaje significativo.

Besos y porros

Noche de marzo

"Encontrá lo que amás y dejá que te mate".

Con esto los saludo lectores y les digo que coincido completamente con mi querido Bukowski. Si muero esta noche después de la función, al menos sentiré que lo hice con pasión, que recorrió cada célula de mi cuerpo y que fui eléctrica.

Por fin llegó el día. Hoy viernes voy a tocar con la banda de mi novio en el bar donde nos conocimos, y donde ellos frecuentemente hacen sus shows. Si, hoy es el toque! La emoción corre por mis venas, el éxtasis me consume y un grito nace de mi pecho. Quiero mostrarle al mundo lo que me hace sentir cantar. Cuando canto siento que encuentro pedacitos de mí que estaban perdidos. A los demás también les generará eso escucharme? Ah! La música es un bien necesario, es tan importante como respirar. La música mueve al mundo. Si mi música mueve al menos a una persona seré feliz.

Quienes van a ir? Bueno, pude haberles dicho a las chicas de mi grupo y seguro asistían muy emocionadas. Preferí no invitarlas, el bar no es el tipo de ambiente que me gusta compartir con ellas. Ahí me junto con los amigos de Dante (algún día les contaré de donde salió este apodo para mi novio) y a veces se nos suma mi hermana. Si, Canelle va a ir, y me alegra porque quiero que compartamos este momento ya que siempre me ha apoyado con la música.

En el bar uso mi segundo nombre, soy Ginebra como acá. A veces me parece tan cómodo dejar de ser yo por un rato, tan liberador...

Bueno, es hora de ir aprontándome. Como siempre gracias por leer y sabrán más de mi pronto. Deseenme suerte!

Gin.

★★★

Bajó la pantalla y respiró hondo. Era real. Las comisuras de sus labios se alzaron en una sonrisa genuina. Le resultó muy tentadora la banqueta tapizada en gris que se hallaba en el centro del vestidor, mas se resistió. Abrió las puertas del enorme armario donde se ubicaban los vestidos de fiesta y buscó entre ellos el elegido. No lo encontraba. Continuó con la búsqueda, ahora con más desesperación y velocidad, suspiros de por medio, y aún no lo vio. Llevó una de sus manos a la frente y otra a la cadera, intentando hacer memoria de la última vez que lo había visto.

—Yo estoy segura que lo dejé acá —determinó, para sí misma. En eso, una voz más suave y más aguda se anunció por detrás.

—¿Cómo estás para hoy, Viennis? —preguntó Merlía, con una emoción notoria, haciendo contraste con el rostro contraído de su melliza. Apenas lo notó, volvió a hablar—. ¿Qué pasa?

—No encuentro el vestido, Mer, el vestido que iba a usar hoy.

—Supongo que te referís a —comenzó la castaña, y con una sonrisa pícara, colocó una prenda sobre sus hombros. Tan pronto como sintió el contacto de esa tela rasposa, Vienna giró la cabeza y el azul eléctrico acaparó su mirada de color semejante— este...

Cenizas al caféWhere stories live. Discover now