𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀| Una historia narrada por Lalisa Manobal.
Fue una corta pero significativa travesía que le costó la existencia al amor de su vida, quien murió hace unos veintidós años, pero aún no la puede olvidar. . .
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"Si estás leyendo esto probablemente sea uno de los pocos días en los que estoy consiente.
Esta mañana he decido escribir uno de mis más grandes pesares, aquel tiempo en el cual conocí a la mujer de mi vida, aquella que ame y amo aún. . .
Los doctores dicen que no tengo remedio, qué tal vez duerma para siempre en unos pocos meses.
Así que como última acción de mi vida, escribiré en esta libreta, en la misma que escribimos nuestro futuro la última noche que estuvimos juntas."
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Era una tarde, en el año 2000, tenía veinte años, mis amigos me habían invitado a un café cerca de la universidad, accedí ya que tenía demasiada hambre además que comentaron algo sobre algunas amigas de Jisoo.
Jisoo. . . vaya esa chica si que tuvo más suerte que yo.
Cuando llegamos a ese lugar el olor a hot cakes y café inundó mis fosas nasales, mi estómago rugió muy fuerte además que ardía un poco, nos sentamos en una mesa cerca de la entrada ya que había muy pocas libres.
Ordenamos algo sencillo cada uno y empezamos a hablar sobre cosas de la universidad, faltaba muy poco para graduarnos y estábamos muy entusiasmados, eso fue hasta que el timbre de la entrada sonó, giré mi rostro hacia la puerta y allí la vi.
Una bella mujer de ojos gatunos y sonrisa de niña, portaba un vestido amarillo con pequeñas flores por toda la tela, y unos pequeños zapatitos de charol rojos, su cabello castaño suelto, vaya que era muy hermosa.
"¡Hola! ¡Buenos días!" nos habló la chica entusiasmada cuando se acercó a la mesa, su amiga nos dio una pequeña reverencia para que después ambas se presentaran "Hola, mi nombre es Park ChaeYoung pero pueden decirme Rosé" todos la saludamos y tomaron asiento.
"Mi nombre es Jennie, Jennie Kim, es un gusto conocerlos" y sus ojos brillaban, irradiaba paz y tranquilidad, todo aquel que la viera habría dicho que estaba llena de vida.
Cada uno se comenzó a presentar hasta llegar mi turno, di un pequeño sorbo a mi café y hablé "Hola, mi nombre es Lalisa Manobal, pero pueden llamarme Lisa, un gusto conocerlas" estreche mi mano con la rubia primeramente y después con la castaña cuyo nombre es Jennie.
Sentí calidez al sentir su mano abrazar la mía, mis mejillas probablemente se habrán teñido de un leve color carmesí por que ella dio una pequeña risa mostrando sus dientes.
Pero lo que más me gustaba de su rostro eran aquellos ojos que soltaban brillo cada que decía de algo que le gustaba.
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