♡!1

1.5K 130 19
                                    

Chuuya's pov.

Llegué al nuevo barrio. Durante todo el trayecto pude comprobar dos cosas. La primera era que odiaría vivir allí. El color gris de la ciudad rodeaba toda mi vista y eso provocaba que extrañara las vistas al mar. En segundo lugar, el horrible olor a putrefacción.

Al parecer, esta zona no era muy bien conocida y el olor posiblemente correspondiese a algún tipo de burdel ilegal en el que las mezclas de hormonas provocaran tremendo desagrado. "Qué bien", pensé. No es como si no quisiera quejarme, pero sin duda no quería volver jamás.

Salí del taxi entregando el dinero exacto y me apresuré en buscar el telefonillo correspondiente. No quería llamar la atención desde el primer momento, pero me detuve a observar la altura del edificio. Era alto y rojizo, de ladrillo. Se notaba el desgaste del mismo, consumido por los años como si de una misma persona se tratase. Por un momento pensé en utilizar mi habilidad para comprobar la altura, pero no quería que mis nuevos vecinos me confundieran con una paloma o algo por el estilo.

De nuevo, me concentré en buscar el papel donde me habían dicho que debía tocar. Tras una corta rebuscada en mi mochila, saqué un papel que tenía escrito "5-A y sin dudar más lo presioné. Estaba demasiado cansado del viaje y necesitaba descansar un rato. Esperaba que no hubiese gente muy ruidosa o parlanchines. No podría soportarlo. Al menos, no hoy.

No tardaron en responder.

—¿Si?—comentó una voz dulce de hombre tras el aparato.

—Buenos días. Soy Chuuya Nakahara, el nuevo compañero de piso—dije intentando parecer lo más simpático posible. El chico me había respondido con cierta amabilidad para haberlo hecho con un monosílabo, por lo que no quería sonar grosero. Ya descubrirían esa faceta más adelante.

—¡Oh! Encantado Chuuya. Ya te abro.

Acto seguido sonó una especie de sonido vibratorio que abrió la puerta del portal. Sin más preámbulos, me dispuse a entrar. Dentro olía a un lugar nostálgico que no pude recordar, se trataba de una sala no muy espaciosa en la que se encontraba una pequeña mesa con papeles y folletos posiblemente tirados por los propios vecinos. Las paredes eran tan feas como el exterior, no pude evitar hacer una mueca de disgusto, pero cambié de expresión al recordar que era mi única posibilidad. Nunca fui alguien con mucho dinero, estaba logrando sacar mis estudios gracias a las escasas becas del estado y trabajando todos los días. Ya había encontrado un trabajo en una pizzería cercana, por lo que pronto debía ir a echarle un ojo—spoiler, contrataron a alguien más y no pude encontrar ningún trabajo, viví de las rentas de mi hermana.

Avanzando me di cuenta de que no había ningún ascensor. "Qué clase de edificio es este", pensé.

—¡Maldición!—dije sin contener la rabia. Me encontraba demasiado cansado como para cargar la maldita maleta hasta el piso cinco. Volví a quejarme y a maldecir un rato hasta que me calmé a mi mismo dándome pequeños golpes en las manos. Por fin, decidí que nada resolvería quedarme ahí parado y que pronto el chico de la voz suave comenzaría a preocuparse por mi propia tardanza.

Con mucho esfuerzo fui subiendo cada escalón. En el camino estaba pensando en cómo debía presentarme, cómo serían mis compañeros. Al menos, me encontraba tranquilo sabiendo que ningún alfa conviviría conmigo. No les odio, pero me dan mucha pereza y sería raro vivir con uno de ellos. Sobretodo por los celos, creo que definitivamente deberían promover una ley que prohíba la convivencia de estos seres. ¿Omegas y betas? Superiores.

Casi me caigo llegando al piso con tanto pensamiento. Tenía ya la puerta abierta, pero por si acaso di dos golpes antes de entrar y una voz—esta vez diferente—me invitó a pasar. Entré a lo que sería mi nueva casa para lo que quedaba de curso. Estábamos en pleno octubre, pero desde que entré noté el espíritu navideño de mis compañeros, pues en la misma entrada tenían puesto un papá noel con regalos falsos bajo una mesa redonda. Intenté que mi incredulidad no se notara, pero como aún nadie se había presentado me moví yo mismo hacia el resto de la casa.

Hechos para estar juntos. [Soukoku/Shin Omegaverse]Onde histórias criam vida. Descubra agora