Capítulo 14

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—¡¿Qué están-?! —Intentó pedir explicaciones, pero su confusión no la dejaba proseguir— ¡¿Qué creen que-?!

Mirabel se puso de pie y se adelantó para tomar la palabra.

—¡A-Abuela! ¿¿Qué haces despierta a estas horas??

—¡No intentes cambiarme el tema! ¡Quiero una explicación de lo que estaban haciendo ahora mismo! —la abuela Alma se impacientaba con cada segundo que pasaba y sus gritos despertaron al resto de la familia.

—¿Mamá? ¿Qué pasa? —Julieta salió de su cuarto en cuanto escuchó los gritos— ¿Por qué gritan a estas horas?

—¡¡Lo que pasa es que encontré a tu hija besándose con su primo, eso pasa!! —Le respondió.

—¿¿Cómo?? —Julieta alzó la voz al oír tal cosa, pero Félix salió a exigir algo de silencio.

—¡¡shh!! ¡¡No hagan ruido, Pepa intenta dormi-!!

—¡¿Que mi hijo qué?! —Pepa de inmediato interrumpió a su esposo y salió a asomarse por el barandal del pasillo.

Mirabel no supo muy bien qué hacer para que todos se calmaran, pensó en mentir, pero a estas alturas ya no funcionaría.

—¿¿Qué pasa?? —Luisa salió de su habitación algo alterada por los gritos— ¿Quién se lastimó? ¿Están todos bien?

—Ya los descubrieron —Dolores se hizo presente en el pasillo también.

—Ah, era eso —Luisa se devolvió hasta la entrada de su cuarto con una pequeña sonrisa—. Yo ya sabía.

Todo el mundo vio como Luisa cerraba la puerta de su cuarto y, en un instante, salió de golpe otra vez para reaccionar como era debido.

—¡¿Los descubrieron?! —Se llevó las manos a la cabeza y puso una carita muy triste—. Ay no..

La abuela se enfureció aún más por parecer la única molesta con el tema.

—¡Mirabel, explícame esto ahora mismo o juro que voy a..! —Alma caminó rápidamente hasta su nieta, sus pasos resonaron en toda la sala.

—E-es que- yo- e-es.. N-Nosotros..

—¡Abuela, es que tú no lo entiendes! —Dolores le robó la palabra a Mirabel y se llevó las manos al pecho— ¡Ellos se aman!

—¡¿Has perdido la cabeza?! ¡¡Son primos!! ¡Isabela, di tú algo!

Todos miraron a Isabela que recientemente había salido de su habitación a observar el escándalo.

—Oh, bueno.. —Isabela no soportó por mucho tiempo tener a tantos ojos poniéndole atención—. Es muy tarde ya.. ¿Y si mejor lo hablamos mañana con más calma?

—¡Sí, ya no hagan ruido, así uno no puede jugar! —Antonio se asomó por la puerta de su cuarto para unirse a la conversación.

Dolores estuvo de acuerdo con lo que Isabela había dicho y el resto de la familia se quedó en silencio por un momento; todos estaban mirándose los unos al otros sin saber qué opinar al respecto.

Mirabel aprovechó la pausa para ayudar a Camilo a ponerse de pie pero, en cuanto la abuela vio que le tocó la mano, fue corriendo para separarlos a la fuerza.

—¡Esto- Esto es intolerable! —la abuela tomó del brazo a Mirabel y la arrastró unos centímetros lejos de Camilo. Mirabel se quejó por la fuerza del agarre mientras le pedía que la soltara.

—¡Mirabel! —Camilo gritó y extendió su brazo para evitar que se la llevara. No tuvo tiempo suficiente para reaccionar y ayudar a su prima; bajó la mirada un momento, las grietas en el suelo se hacían cada vez más grandes.

Debido a los forcejeos, Mirabel perdió el equilibrio una vez que logró soltarse.

—¡Jamás creí presenciar algo tan aberrante y vergonzoso! ¡Cómo-! ¡¿Cómo pudieron?! —la abuela Alma intercambió miradas entre Mirabel y Camilo, ambos asustados por el infierno que acababan de desatar—. ¡¿No pensaron en cómo afectaría esto a la familia?!

—No sé con qué derecho dices tú eso.. —Mirabel tomó valor para hablar y confrontar a su abuela.

—¿Cómo que con qué derecho? ¡Yo vivo cuidando del bienestar de esta familia!

—¡A ti no te importa esta familia! ¡Todo lo que te importa es la imagen que damos ante el pueblo y que cumplamos todos tus caprichos al pie de la letra!

Mirabel se puso de pie para hacer énfasis con sus gestos, debajo de sus pies se formaron unas grietas enormes, pero la ira no le dejaba verlas con claridad.

—¿O acaso se te olvidó que ibas a obligar a Isabela a casarse con un hombre que ni siquiera ama? —Mirabel caminó hasta su abuela para plantarse en frente de ella—. Siempre estás presionando a esta familia para que sea todo como tú quieres. ¡Pero nunca nos preguntas qué es lo que nosotros queremos!

—Se acabó, no voy a escuchar una sola palabra más.

—¡Y cómo esperas una explicación si no quieres escucha-!

—¡¡Cállate ya!!

—¡¡No quiero!! —los gritos de Mirabel fueron tan escandalosos que retumbaron en toda la sala e hicieron temblar las paredes.

Camilo se levantó con algo de torpeza, le costaba mantener el equilibrio al sentir el inminente derrumbe.

—¡Ya me cansé de que siempre estés intentando hacerme a un lado; yo también soy parte de esta familia! —prosiguió Mirabel mientras retenía las lágrimas en sus ojos.

¡¡Todo lo que eres y siempre fuiste para esta familia es una enorme y dolorosa decepción!! —las palabras de la abuela hicieron que algunas ventanas explotaran y varias columnas cedieran por su propio peso.

Mirabel la miró muy sorprendida por lo que acababa de escuchar. Recordó aquella noche imperfecta de hace diez años, recordó las tiernas palabras de su abuela antes de volverse la "dolorosa decepción" de esa noche.

Las lágrimas comenzaron a brotar y a resbalarse por sus mejillas irremediablemente.

—¡¡Corran todos, salgan de la casa!! —Camilo gritó lo más fuerte que pudo para que toda su familia pudiera escucharlo, no dudo en subir las escaleras para ayudar a todo el mundo a salir—. ¡¡Va a derrumbarse, hay que irnos, rápido!!

Al ver los muros caerse poco a poco, todo el mundo corrió lo más rápido que pudo hasta la salida; Luisa se apresuró en cargar a su hermana mayor y a sus padres con las fuerzas que le quedaban.

Pepa tomó de la mano a Dolores para salir corriendo y Félix se encargó de cargar a su hijo menor hasta salir de la casa.

Antonio se quejó, se oía bastante preocupado, reclamaba que su tío seguía adentro. Pero sus padres apenas pudieron oírlo por el estruendo.

Los únicos que quedaban por salir eran la abuela, Mirabel y Camilo.

Mirabel no dejaba de mirar a su abuela con los ojos llenos de lágrimas. Su abuela, por el contrario, mantuvo su frío semblante.

—¡Mirabel, Abuela, hay que irnos ya! —Camilo intento que reaccionaran antes de que fuera demasiado tarde—. ¡¡Dejemos la pelea para luego, tenemos que salir de la casa!!

—Todo lo que dijiste aquella noche era mentira.. —Mirabel no escuchó las palabras de Camilo, ya no podía oírlo.

La abuela sabía muy bien a qué noche se refería, su enojo pasó a ser pura melancolía por recordar ese evento.

—N-No fue lo que quise decir.. yo.. —la abuela se tocó la frente para pensar en como responderle a su nieta.

—Tranquila, siempre lo supe —Mirabel se secó las lágrimas con su brazo derecho—. Cada vez que me mirabas, cada vez que me dirigías la palabra. Siempre supe que en realidad eso era lo que querías gritarme a la cara todo este tiempo.

Las columnas principales terminaron colapsando y el techo cedió ante el peso. Ya era demasiado tarde para escapar para cualquiera de los tres; solo les quedó agacharse a esperar ser aplastados en medio del derrumbe.

Ante todos los presentes en esa misma noche, la casa de los Madrigal se desplomó hasta que no quedó ni una sola columna en pie.

Asfixia || Camilo Madrigal X Mirabel Madrigal || EncantoWhere stories live. Discover now