Cuando Daniela descubrió que para conquistar a Adrián (el chico del que había estado enamorada desde hacía muchos años) debía tener experiencia en el sexo (cosa que no tenía para nada), decidió experimentar con su mejor amigo, Joshua.
Y es cuando a...
Esa noche todo se había vuelto confución con mi mejor amigo.
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Fue largo.
Fue muy largo.
No sé porqué, pero no, no me separé de él.
No fue hasta que él se separó de mí que aquel beso terminó.
Y ahora estábamos así... Él estaba frente a mí, su mirada me decía todo y nada.
No sé qué quería, no sé qué esperaba. Solo sé que todo se había vuelto silencio, mientras sus ojos me hablaban.
¿Pero qué gritaban?.
No lo entendí en ese momento.
—¿Ela...? —susurró.
No respondí.
Vi sus ojos llenándose lentamente de lágrimas. Solo una resbaló por su mejilla.
Pasó por mi lado. Rápidamente seguí sus pasos—. Joshua —me ignoró, entonces caminé más rápido —¿Qué te pasa, Joshua?.
Se volteó tan rápido que tuve que dar un paso hacia atrás, perdiendo un poco el equilibrio, pero antes de chocar fríamente contra el suelo, sentí como sujetó mi cintura.
Estaba ahí. De nuevo muy cerca de mí, pero con una mirada muy diferente, una llena de frialdad, enojo, quizás frustración...
Por un momento pensé que me besaría de nuevo. Empecé a respirar rápido, buscando el aire que los latidos rápidos de mi corazón, me arrebataba.
Pero no lo hizo. De hecho, me ayudó a quedarme parada sobre mis pies, y se alejó de mí.
No seguí insistiendo. Todo había pasado rápido. Ni siquiera éramos muy conscientes de lo que pasaba, o al menos yo no. Necesitábamos tiempo.
Caminé detrás de él. Por instantes, me daban ganas de gritarle, de preguntarle qué se suponía que debía hacer.
Escuchaba su respiración, sabía que estaba llorando y por más fría que fuese, eso me destruía.
Tenía ganas de abrazarlo, pero sé que él no quería recibir eso de mi parte. Sería frustrante.
Lo vi alejarse, mientras yo entraba a mi mansión y subía las escaleras tratando de controlarme con un pensamiento vago.
Solo necesitaba tiempo.
Quizás solo hay que aceptar cuado alguien empieza a alejarse de ti, ¿No?.
No, no es fácil.
No sabía cómo estarían las cosas con mi mejor amigo.
Si contara los días en los que veo a mi madre anualmente, sería un mes de doce.
