08. El hospital.

3.9K 132 8
                                    

[ Seduciéndote ]

Era obvio que aquello había afectado
mi relación con Joshua. Como también
fue obvio para las chicas que gustaba
de alguien, y que no tenía una idea de
cómo conquistarlo.

 Como tambiénfue obvio para las chicas que gustabade alguien, y que no tenía una idea decómo conquistarlo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¿Tenía muchas opciones?.

O lo negaba rotundamente, o me enfrentaba a como se sintiera mi mejor amigo.

Escogería la primera opción, pero debía ser sincera con Joshua.

Respiré profundo antes de hablar—. Es cierto, Josh.

Él soltó una risa llena de enojo—. Supongo que estabas súper bien con él, por eso no habías tenido tiempo para responderme.

—¿Cómo me iba a imaginar que eso sucedería? —le pregunté, actuando igual que él—. ¿Dime qué quieres Joshua? ¿Que sea una adivina de cada cosa que pase? ¿Qué? ¡¿Qué quieres?!.

Mi mejor amigo se quedó callado, respiró profundo, hizo una mueca de enojo y miró hacia otro lado.

—Quiero ser tan importante para ti como lo es él —confesó con un tono triste.

Sentí mi corazón hundirse. Era a Joshua a quien tenía frente a mí... Pidiéndome que sea tan reciproca como lo es él...

Y era lo menos que merecía.

Había estado y seguía estando ahí para mí en cada momento...

—Joshua, no tienes competencia con nadie, tú... No te comparas a nadie, para mí... —me acerqué a él—. Eres todo lo que siento que tengo.

Él rió nuevamente, con su nariz ligeramente roja, acomodando de manera torpe y nerviosa su gorra hacia atrás—. Soy un estúpido, eso soy.

—No, eres el chico más dulce que conozco, eso eres —me subí en mi cama para estar a su misma altura, tomé su rostro entre mis manos y lo llené de besos—. Y te amo, te amo mucho.

—¿Me amas? —preguntó con un tono frío.

—Sí, Josh, te amo.

Vi sus ojos verdes, dulces, incrédulos, con un tinte de dolor—. Eres tan fría... Lo más gracioso es que te vuelvas tan cursi cuando tratas de convencerme... —estuve a punto de hablar, pero puso su dedo sobre mis labios—. Shhh... Lo sé, Ela, tú también lo sabes.

—¿Qué? —me sentía confundida.

¿Por qué siempre pasaba esto? ¡Por Dios!.

𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐒𝐄𝐗𝐎 ©Where stories live. Discover now