Ahogar las penas

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El aire se sentía denso y en el corazón contenía un hueco difícil de describir y sin forma de liberar.

A veces acompañaba a Chifuyu al cementerio, limpiábamos el área y colocaba inciensos, le contábamos las cosas que nos habían sucedido a Baji (o deseábamos que nos estuviera escuchando). Llorar era inevitable y no podría dejar de pensar que lo ocurrido había sido de alguna forma, mi culpa.

Mi relación con Baji era del estilo juguetón, nos llevábamos pesado y a pesar de que le gustaba invadir mi espacio y actuar romántico para molestar a mis hermanos y a Chifuyu, no logré verlo de otra forma que no sea un amigo (aunado a que Chifuyu había abierto su corazón conmigo y me contó que sentía algo por Baji, algo que no entendía del todo), hasta ese día en el que decidió separarse de la Toman para irse con Valhalla.

Cuando me lo encontraba simplemente pasaba de mí, haciendo caras de incomodidad. Las primeras veces intente hablar con él, pidiéndole que me explicara lo que sucedía, pero siempre me sacaba la vuelta.


¿Por qué no me dijiste?


Si conozco tus actitudes erráticas, ¿Por qué no te detuve?


[Referencia a Mitski]


Debí revisarte cuando Kazutora te apuñalo la primera vez, pero tu te negaste y me empujaste lejos de ti. Recuerdo que fui a sentarme con los Haitani, en ese momento Rindo estaba furioso con tu actitud y tu trato, pero Ran logró calmarlo, era un enfrentamiento de pandillas y ellos solo eran espectadores.

Los días anteriores a ese me la habia pasado divirtiéndome con los Haitani, paseando por el centro de la ciudad, pensando en que haríamos en Halloween, incluso compramos disfraces combinados.

[¿Qué disfraces combinados se les ocurren? Yo pensé en una hamburguesa, papas fritas y un hotdog o una caperucita roja agarrando con correa a dos lobos]

Pero obviamente no paso.

Esa noche no hubo fiesta y no hubo alegría.

La apuñalada que te diste fue lo que termino de cortar el hilo de tu joven vida, ni rezándole a los dioses griegos podría evitar lo que la cruel naturaleza y la mortalidad de nuestra breve existencia nos tiene como destino a todos.

Pero por amor costaste tu propio hilo.

Te admiro y te odio, Baji.

Solo me quedó llorar cuando te disculpaste por tratarme mal, lo hacías para mantenerme alejada.

Pero noté el profundo amor con el que dedicaste tus ultimas palabras Chifuyu, sentí envidia. ¿algún día seré amada así? ¿algún día amaré como tú?

Algunos dirían que preferías a Kazutora en lugar de Chifuyu, pero después de saber la historia, comprendí que te sentías en deuda y que el pertenece a tu tesoro y tu segunda familia, la Toman.

El mundo del delincuente es un mundo totalmente distinto al que yo pensaba, cuando miraba a mis hermanos, solo veía un mundo de golpes y muerte (aunque parte sea verdad), he visto el profundo compañerismo que puede existir en él.

Cuando se escuchaba cerca la policía todos comenzaron a irse, Ran le hizo una seña a Souta, mi hermano asintió, con una cara triste por la perdida. En ese momento me encontraba llorando abrazada por Rindo, aunque no te conocían, entendían que éramos amigos. <<Ven, te sacaremos de aquí>> dijo Ran al cargarme en brazos, apenas podía ver con las lágrimas y la inflamación en mis ojos, te heche una ultima mirada, y solté el llanto de nuevo.

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⏰ Last updated: Jan 14, 2022 ⏰

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Los Trillizos de la Tokyo ManjiWhere stories live. Discover now