44

491 37 0
                                    

Irina POV

4 días después

Matar a Daemon no había hecho que Josef siquiera volteara a verme, el cansancio de mi cuerpo no disminuía por mucho que durmiera y la ansiedad me había hecho aumentar tres kilos.
Justo el día que me había empujado se largó a su casa, la cual llevaban casi dos años sin visitar, nos habíamos chocado en cada pasillo y misión pero aun así no hablaba conmigo más de lo estrictamente necesario, sus horarios de entrenamiento cambiaron o bien llegaba luego de entrenar, esa cuestión era algo que no quería saber, el simple hecho de que pasara de mi como si tuviera la peste ya dolía lo suficiente.

Ivan e Isaac por otra parte cada día que me disculpaba se ablandaban un poco, pero mi subconsciente sabía que me esperaba un castigo inminente en el momento que se permitieran tocarme. Estaba convencida también de que eso tampoco era un hecho aislado, solo lo evitaban por solidaridad para con Josef.

Dos días más pasaron hasta que decidí perder el poco orgullo que me quedaba y los llame a ambos a mi oficina. Necesitaba que me dieran sexo ya, estaba tan caliente que no era capaz de abstenerme a ello, no podía controlar mi cuerpo cuando los tenia cerca, en especial a Josef, pero tendría que conformarme con solo dos tercios del trato, por ahora. Ivan entro con el rostro pétreo seguido de Isaac con su chulería característica.

- ¿Que deseas Irina?- cuestiona el primero.

-Ivan, Isaac, por favor- les rogué con las hormonas pidiéndome sexo a gritos.

- Por favor ¿qué? Irina- indaga con una sonrisa sádica. Mis hormonas me tienen al límite últimamente por lo que sin vergüenza alguna caigo en posición sumisa y las manos con las palmas volteadas hacia arriba sobre los muslos para suplicar.

- Por favor amos, denme el castigo que merezco.

- Ay mascota, no sabes por lo que estas rogando- Me provoca Isaac. Levanto la mano de mis muslos pidiendo hablar y este acepta.     

- Adelante.

- ¿El amo Josef va a participar?- pregunto dudosa a la vez que esperanzada, si bien sé que la respuesta nunca será lo que espero necesito saber la magnitud de esto y solo ellos son capaces de estar al corriente.

Cuando Isaac va a contestarme Ivan toma la palabra.

- No Irina, no lo hará- niega frío- Sabes, le hiciste daño con tu traición cuando él no había tocado a otra mujer que no seas tú. Nosotros- dice haciendo un ademán que los engloba a Isaac y a él- no estamos enojados contigo porque te acostaste con él, ya que nosotros también saciamos nuestras necesidades con otras mujeres cuando estábamos en Tailandia, lo que nos incordia realmente es que no nos hayas informado. Por el contrario, lo ocultaste y luego para seguir con tu plan utilizaste un deseo sincero de Josef como razón para separarte de nosotros luego de traicionarlo, estas en serios problemas Irina ya que, si te perdona esta vez- la posibilidad remota que englobaban sus palabras logro hacer que las lágrimas brotaran de mis ojos, pero eso no sería nunca tan doloroso como la cruda realidad, ante su forma de ver los hechos, le había lastimado y mucho- en tu castigo no estará siquiera presente un halo de compasión- sus palabras finales hacen mi piel temblar, dos gruesas lágrimas más corren por mis mejillas y este se acerca a acariciarme el pelo viendo mi pesar.- Te vamos a esperar en el salón rojo a las nueve.

- ¿De qué forma van a castigarme amo?- preguntó para tratar de alejar las voces en mi mente diciéndome que lo había perdido, unas voces que no había oído en años.

- Con una paleta cariño, obtendrás una buena tunda con una paleta de bambú con hoyos y luego veremos cómo ayudarte a traer de la miseria a nuestro hermano ¿Estás de acuerdo?- cuestiona 

- Si, amo Ivan- respondo- ¿Puedo hacerle otra pregunta para que me responda con sinceridad?

- Adelante- dice.

-¿Que quisiste decir con que él no había tocado a otra mujer que no seas yo, lo ha hecho ahora?- pregunto y me preparo para una respuesta que podría matarme.

- Si Irina, luego de que se enterará de lo de Mitchell no ha parado de beber y acostarse con cuanta rubia cruza su camino y considera que estas han recibido toda su rabia ya que no han terminado muy bien paradas, todas tienen marcas en el cuerpo, Josef se está comportando como un sádico de mierda con ellas- dice antes de dejarme con el corazón colgando de un hilo.

Un pequeño dolor en el bajo vientre me hace caminar hasta el sofá en la esquina de la sala y dejarme caer en el hasta que sin darme cuenta me enredó en los brazos de Morfeo.

*******

La noche llegó sin incidentes y me prepare para ir a la sala roja, solo con una bata y sin nada bajo ella ya que sabía en qué consistía mi castigo baje y me coloque junto a la puerta en posición de sumisa, desnuda con las piernas semiabiertas, las manos sobre los muslos y la cabeza gacha.
Veinte minutos después siento la puerta abrirse y a mis amos entrar.

- ¿Estas lista para comenzar, mascota?- pregunta Isaac.

- Si amo- respondo, observando el instrumento que trae en la mano.

La paleta no debe ser más dolorosa que la última con la que me golpearon en mi oficina, esta es de bambú crudo y está cubierta por filas de agujeros en su totalidad. Mis ojos se iluminan ante la promesa de sexo por lo que Ivan me toma del pelo para ponerme de pie y me besa con rudeza mordiendo mis labios hasta hacerme gemir.

- Ivan, dejala- lo regaña Isaac- la estas premiando y no se lo merece, pequeña bruja, eres mala tratando de engatusar a tus amos para que no te castiguen.

Ivan me suelta antes de tomar su pose despótica.

- Irina ve al banco de castigos, colocate con las manos en este y el culo en pompa.- Ordena y yo cumplo.

Tras estar en posición este se acerca a mí y separa más mis piernas.

- No quiero siquiera que te muevas de tu lugar durante el castigo, si tus piernas flaquean te daré 10 más, ¿Esta claro?- dice Isaac.

- Si amo.

- Mascota, Isaac y yo hemos decidido que te mereces 60 azotes ¿estás de acuerdo?- pregunta solícito.

- Si amo, estoy de acuerdo- agrego segura.

- Empecemos entonces- canturrea Isaac.

Tras una caricia en mis nalgas cae el primer azote con gran fuerza, un chillido escapa de mis labios ante el dolor que es capaz de causar algo que se ve tan simple, cerca de diez azotes después algunas lágrimas se escapan de mis ojos pero aguanto el resto del castigo como una campeona. Me merezco lo que me están haciendo y más, debo sentirme agradecida de que este sea el precio de su perdón.
El tiempo se me hace eterno pero logro quedarme en un limbo que evita que sienta todo el dolor.

Al terminar el castigo soy recompensada de manera magistral, mis pechos son mordidos, chupados propinando un tipo de placer más intenso, sus manos tocan mi clítoris antes de alinear su pene entre mis muslos y embestir. Y tras lubricar perfectamente mi trasero Ivan entra en mí de una sola estocada, sacándome un grito de placer, mi sexo estaba húmedo y mi excitación corría por todo su miembro. Me tenían en un sándwich con un ajuste apretado. Las embestidas acompasadas de ambos me tenían en las nubes, de mi boca solo salían gemidos y gritos de placer al estar los dos profundamente sumergidos en mi interior, mis glúteos escuecen por los azotes y la fricción, pero el placer que me dan termina por hacerme desmayar entre ambos al llegar al orgasmo.

La emperatriz de la mafia roja Donde viven las historias. Descúbrelo ahora