Capítulo 15

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Alpha

-Hace muchos, muchos años existían los que se conocían como los cinco pilares de la magia, templos o reinos, en los que existían y convivían todo tipo de criaturas mágicas habidas y conocidas, de todos los géneros y países, se hablaban más de un millón de idiomas distintos y la cultura era la más rica que te podías imaginar. Sin embargo cara el resto siempre se ocultaban bajo un rostro y cuerpo humano, para que el mundo de a pie no les atacara por monstruos o decidieran investigar con ellos. Vivían a parte, pero entre nosotros.

En estos cinco reinos se encontraban los pergaminos místicos, los pergaminos que entrañan los secretos de los diferentes tipos de magias más poderosas, agua, aire, fuego, tierra y luz. Y estaban protegidos en las criptas de cada templo. Además cada reino contaba con su guardián o guardiana, un brujo, mago o hechicero criado en las artes mágicas, dominadores absolutos de los poderes máximos, incluyendo los mencionados anteriormente. Su labor era proteger a los reinos y los pergaminos ante cualquier mal, lo que no se veía venir era lo que pasó años más tarde.

Empezaron a surgir rumores, del templo que se encontraba en Tokyo, en Japón, Asia, se había revelado, al parecer la guardiana de este templo ansiaba más poder, quería los cinco pergaminos a toda costa. Había reunido incluso a un ejercito para ir a atacar a los demás templos, pero eran eso, rumores, y no todo el mundo se lo creía, hasta que pasó. Primero se hizo con su reino, consiguiendo así el pergamino del aire, después fue hasta Sídney, en Australia, destrozó las barreras en apenas unas horas y destrozó al ejército de ese reino, muchos murieron, y muchos otros huyeron, y se hizo con el pergamino del agua. A continuación atacó Ciudad del Cabo en Sudáfrica, haciéndose así con el pergamino de la tierra, y volviendo a destrozar familias enteras. Por último llegó aquí, a Seatle, América, y se llevó el pergamino del fuego.

Lo que nosotros vivimos aquí fue una masacre, vimos a nuestra gente morir y no pudimos hacer nada por mucho que luchamos, eran demasiados y en sus miradas ya no había nada, solo oscuridad, la misma que portaba su líder...

Desde que éramos pequeños nosotros habíamos sido cinco, Darío, Yeray, Axel, Miguel y yo. Miguel era nuestro hermano mayor, el mayor de todos. Aunque no fuéramos hermanos de sangre nos criamos todos juntos, cada uno veníamos de un reino distinto, Axel de París, Yeray de Sídney, Darío de Sudáfrica, Miguel de Tokyo, y yo de aquí. Nosotros nos criamos juntos por el hecho de que los padres de Miguel hacia tiempo que no se fiaban de nadie de su reino, y decidieron mandarle con 10 años para aquí, el resto llegaron poco tiempo después, Darío con 6 años y Yeray con 4, yo que tenía 4 también por aquel entonces, y tú, Sofía, tenías 2, Axel, bueno, él prácticamente nació aquí, sus padres en cuanto nació se mudaron aquí una temporada y luego ya lo dejaron con nosotros.

Lo que pasaron esos años es otra historia, que ya contaremos más adelante, aunque lo idóneo sería que tú fueras capaz de recuperar tus recuerdos, pero poco a poco, volviendo a la historia...

Diez años mas tarde, los rumores ya no eran rumores, los reinos habían caído y sabíamos que ahora venían a por nosotros, lo que nadie se esperaba era lo que después hizo tu madre. Sabíamos que no estabas bien, que te habían pasado cosas en el instituto y estabas bastante triste siempre y estabas empezando a dejar de creer en la magia, así que tu madre tomó la decisión de llevarte lejos de aquí, por eso y por tu protección, no entendemos que hizo con tu memoria, pero después de despedirnos no volvimos a saber nada más de ti. Sin ti y sin tu madre como guardiana y tu padre como ayuda nos quedamos solos ante la guerra, y perdimos, arrasaron con todo y también acabaron con Miguel.-

De repente se hizo el silencio en la habitación, nadie era capaz de articular palabra, ni de gesticular, nos convertimos en estatuas.

-No estoy diciendo que esto sea culpa vuestra, entendemos lo que hizo tu madre, pero aún así esperábamos que apareciera y nos ayudara a luchar. Después de todo nuestros supervivientes junto con mis padres se marcharon al norte, con el resto de supervivientes de los distintos reinos, al refugio seguro, nadie sabe donde esta, solo los alphas de cada manada, en nuestro caso, mi padre, pero nosotros decidimos quedarnos aquí, mantuvimos la esperanza de que algún día tu madre volviera, pero en este caso apareciste tú.- Continué.

Entre aullidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora