Chapitre doux

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Soobin se había quedado dormido en el sofá con la televisión encendida y saliva saliendo de su boca. En una esquina se encontraba una personita viendo hacia donde se encontraba la persona dormida en aquél sofá.

Hace un rato se había despertado desorientado al no saber donde se encontraba. Cuando todo rastro de sueño desapareció se percató de la persona que lo tenía sobre su pecho. Intentó bajar con cuidado, pero al ser muy pequeño se fue de bruces contra el suelo.

Adolorido, se paró en sus dos patitas y se sacudió un poco, aún le dolían sus heridas.

Levantó un poco su cabecita y se topó con el joven que le ayudó.

Lo extrañaría, había sido el único en muchos años que lo trató de una manera tan cálida, pero no podía quedarse ahí, sabía que cuando se diera cuenta de que realmente era un híbrido lo sacaría a patadas de su casa, sus anteriores "familias" lo hicieron y sabía que volvería a pasar.

Optó por regresar a su forma humana. Tenía un poco de plumas por sus clavículas, espalda, brazos y piernas de un color amarillo un poco intenso, sus cabellos eran rubios.

Buscó alguna manta y cuando la encontró se cubrió con ella, fue directo hacia la puerta pero esta se encontraba cerrada.

Esperaría hasta que aquel joven castaño despertara para que lo dejara irse.

Se despertó gracias a los rayos del sol que daban directo a sus ojos, sus cabellos estaban desordenados y tenía un rastro de saliva desde su boca hasta su barbilla

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Se despertó gracias a los rayos del sol que daban directo a sus ojos, sus cabellos estaban desordenados y tenía un rastro de saliva desde su boca hasta su barbilla.

Mientras acostumbraba su vista a la luz se dio cuenta de que le faltaba algo.

Se levantó de golpe, viendo a todas partes con los ojos muy abiertos, hasta que su vista se
topo con una cabellera rubia que sobresalía de una manta. Se levantó con cuidado y agarró la lámpara que tenía a un lado por si era necesario defenderse, fue lentamente hacia aquel bultito en la esquina de la pequeña sala.

Destapó cuidadosamente su cara y se topó con una pequeña galaxia, tenía facciones delicadas, sus pestañas caían suavemente sobre sus mejillas abultadas y tenía unos labios esponjosos. Vio como lentamente abría sus ojos y se encontró con unos ojos tan cafés como el más profundo de una corteza de árbol.

Quedó hipnotizado, como si estuviera todavía soñando y ese ser que ven sus ojos no fuera real, era tan malditamente fuera de este mundo, parecía un ser de luz que irradiaba
belleza hasta por los poros.

Bajó de su nube de fantasías al ver como el contrario se removía inquieto y se alejaba de él. En su mirada se notaba lo asustado que se encontraba con la repentina cercanía.

― Uhm... ¿Hola?... No sé como llegaste, pero no te haré nada, ¿puedes contarme como terminaste aquí? ― Habló lo más tranquilo posible, no quería asustar más al contrario.

Puso la lámpara en el suelo y esperó por una respuesta.

El de cabellos rubios lo observó por un rato, parecía estarlo analizando desde la cabeza hasta los pies, lo que le causó un poco de gracia ya que se miraba muy concentrado en ello. Vio como poco a poco se acercaba
hacia él, sacó una de sus pequeñas manitas de la manta y le pinchó una mejilla, como comprobando si era real.

― Entonces... ¿Cómo entraste?... ¿Estás lastimado? ― Seguía esperando una respuesta, pero el contrario solo lo observaba sin entender. ― ¿Puedes escucharme? ― hizo una seña para que se entendiera mejor lo que quería decir, lo vio negar tapando sus oídos.

Bueno, tenía a su patito perdido y a una persona desconocida en su apartamento, no sabía de donde había salido pero se veía bastante indefenso. Definitivamente no planeó empezar el fin de semana de esta manera.

El rubio empezó a removerse, sacó uno de sus brazos y se lo enseñó al contrario. Soobin pudo notar pequeñas plumas por todo su brazo.
Cayó en cuenta de lo que sucedia.

Los híbridos eran poco comunes gracias a la "caza" de estos para experimentar con ellos, no era fácil encontrarse con uno ya que solían mantenerse escondidos. No era ilegal mantener a un híbrido siempre y cuando se viera que se estaba cuidando bien, aún así pocas personas cuidaban de ellos, ya que para la mayoría de la sociedad eran una aberración que debe ser eliminada.

Volvió a ver al de cabello rubio y pudo notar sus ojos acuosos, como si tuviera miedo a que lo lastimara. Soobin se enderezó y tomó la pequeña mano del contrario, lo hizo ponerse de pie y se dio cuenta de su falta de prendas, lo dirigió hasta su cuarto y lo sentó en la cama, buscó en su armario un poco de ropa y le indicó que se la pusiera, salió de la habitación para que el otro se cambiara y se fue hacia la cocina para preparar algo de comer.

poussin ; soojun Where stories live. Discover now