Chapitre quatre

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Después de haber desayunado y conversado de cosas triviales a través de la libreta, Soobin decidió preguntarle cómo fue que llegó a esa
caja mojada y porque estaba tan lastimado.

"Sé que tal vez no es de mi incumbencia, pero me gustaría saber cómo fue que llegaste a esa caja y la razón de tus heridas." El rubiecito dudó en decirle o no, pero el pelinegro lo había ayudado tanto en
tan poco tiempo que sería egoísta de su parte no decirle la razón por la cual llegó hasta aquí.

"Una señora me encontró vagando por ahí, me llevó hasta un callejón y pude ver que tenía una especie de olla. Era más que obvio que me quería cocinar, así que le mordí la mano, me soltó y luego me pateó;
estuvo persiguiendome con un cuchillo un largo rato hasta que logre escapar. Luego empezó a llover, me dan mucho miedo las
tormentas a pesar de no poder oirlas, así que cuando ví una caja no encontré mejor lugar para esconderme". Soobin volteó a ver al híbrido. Este tenía la mirada puesta en un pequeño adorno de mesa, bastante entretenido y como si no acabara de contar su casi asesinato.

"¿Has estado mucho tiempo en la calle?"

"Depende, algunas personas me 'adoptaban' pero al darse cuenta que era un híbrido me echaban". El rubio no se miraba afectado, ya acostumbrado a tener que vivir de esa forma.

"Y tus padres? No tienes a alguien cercano o algo así?"

"Mi madre me despreció desde que nací, supongo que creía que era muy débil y por eso siempre me hizo a un lado. Me dejó abandonado a mi suerte y completamente solo." Soobin sentía que podría llorar de tan solo leer por todo lo que tuve que pasar el patito.

"Todo lo que tuviste que pasar ya no importa ahora, yo me encargaré de protegerte y brindarte todo el cariño que no has sentido todos estos años". El menor lo volteó a ver con sus ojitos brillando y con una gran sonrisa.

"Por la garrita?" Estiró su dedito hacia el pelinegro.

"Por la garrita." Entrelazaron sus dedos sellando así una promesa que Soobin se encargaría de cumplir.

Se encontraban en la clínica de un amigo del pelinegro, este era médico especializado en híbridos y el único en toda Corea del Sur.

Soobin decidió llevar al patito para asegurarse de que todo estuviera en orden y saber todos los cuidados que debía tener con el pequeñín.

― Soobin, Heeseung dice que ya puedes pasar.

― Gracias Arin, que descanses. ―  Se despidió de la castaña y se dirigió hacia el consultorio de su menor.

― ¡Hyung! ¡¿Por qué no me dijo que esta cosita es tan tierna?! -El castaño se acercó emocionado a su mayor señalando al rubio que se encontraba balanceado sus piernas sentado en la camilla.

― Porque vengo a una consulta, no a chismear ― El mayor rodó los ojos y esperó a que le diera las indicaciones.

― Verás, está bastante delgado, además que parece tener una pérdida auditiva neurosensorial, no estoy seguro sí fue ocasionado por un golpe o nació así. En fin, fuera de eso esta bien; limpié sus heridas, le di unas vitaminas y tiene la cantidad correcta
de plumas. ― El castaño revolvió el cabello del ojicafé. ― Podemos colocarle unos audífonos aunque no creo que sirvan mucho porque su
pérdida auditiva ya está bastante avanzada, no estoy especializado en implantes auditivos así que no me quiero arriesgar. ― Heeseung anotaba algunas cosas en una hoja que le entregó al mayor momentos después.

― Ahí van todos los cuidados que debes llevar, te sugiero que lo registres a nombre tuyo y le coloques un collar, últimamente han estado
desapareciendo muchos híbridos así que debes asegurarte de tenerlo bien protegido.

No es sorpresa para nadie que híbridos sean secuestrados y llevados a laboratorios clandestinos para experimentar con ellos. Hay campañas para la protección de híbridos, pero como gran parte de la población esta en contra de que existan esos "monstruos" no cuentan con el apoyo necesario.

― Muchas gracias Heeseung, te debo una.

― Para nada hyung, es un placer poder ayudar a esta cosita tan tierna. ― El castaño le pellizca una mejilita abultada al rubio y esta solo se encoge un poco en su lugar. ― ¿Tiene nombre? ― Heeseung voltea a ver al pelinegro.

― Bueno...Cuando no sabía que era un híbrido le puse Dan, pero no creo que sean un nombre decente como para registrarlo.

― ¿Qué tal Yeonjun? Tiene cara de llamarse Yeonjun. ―  El castaño escribe una libreta y se lo muestra al más pequeño.

"Hey, ¿Qué te parece llamarte Yeonjun? ¿Verdad que es un nombre muy bonito?" El ojicafé miró a sus dos mayores y asintió con una pequeña sonrisa.

― Ya está, ahora colócale este collar antes de irse y lo vas a registrar ahora mismo, rápido, rápido. ― El de sonrisa bonita le entrega un collar de un amarillo pálido con una argolla
en forma de ala con el nombre "Yeonjun" en letras doradas.

― ¿Decidiste ponerle Yeonjun porque era el único collar que te quedaba? ― El mayor volteó a ver a su amigo con la ceja levantada.

― Eso es lo de menos, págame el collar y ve a registrarlo ― El mayor rodó los ojos y le entregó el dinero a su menor. Le colocó el collar al adorable patito y emprendieron camino hacia el registro.

― ¡Suerte! ― Les gritó Heeseung desde la puerta.

poussin ; soojun Where stories live. Discover now