Capitulo 4. Huye

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DESMOND

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DESMOND

—¿Otra vez leyendo sobre magia Desmond? A papá no le va a gustar.

Paso de página, no le prestó atención a Luca, él es todo lo contrario a mí, un hijo perfecto, próximo Rey al trono.

—¿Sabías que hay muchos tipos de hechiceros y brujas?— le digo a Luca acercándome a su mesa donde él está leyendo sobre los reinos y las casas —. Mira son muchos, aquí están los rojos, los oscuros, los de luz, los verdes y las brujas...

—¡Guarda el libro! Papá se acerca.— Luca me toma de las manos, me quita el libro de magia y me pone el libro de los reinos, lanza el libro y este vuela hasta caer tras el armario

Despierto de un grito, me encuentro en mi habitación, todos mis sueños son recuerdos de mi niñez, de Luca o de mi madre, veo el reloj, doy un suspiro al ver que son las cinco de la mañana, me levanto y abro la puerta de mi habitación. Me dirijo a la habitación de a lado, es como una rutina, necesito verlo para saber que estoy en el mundo real.

Veo a Luca dormido en su cama, su cara refleja tranquilidad, no sé si él escucha lo que le digo, pero siempre le cuento todo.

—Ayer un rojo me salvo, su vaca loca entro a la arena, me golpeó, pero él me curó con su magia ¿Acaso pensaste alguna vez en esto? Es el primer rojo que veo con mis propios ojos.— me siento en la silla junto a su cama, su cabello café oscuro ha crecido un poco más —. Deberías haber visto su expresión cuando Medras lo golpeó con un jarrón, ahora duerme en el calabozo, papá no dejo que durmiera en una habitación ¿Debería de quedarse? Si estuvieras aquí sabrías qué hacer, en cambio, yo...

—¿Su alteza?— Medras entra junto con el doctor —. ¿De nuevo soñaste con tus recuerdos?

Me levanto sin decir nada, le doy una última mirada a mi hermano y salgo de su habitación.

—Recuerda que hoy hay una cena con la familia real Albilon, Amelia vendrá a verte.— Medras le dice algo al doctor y lo deja a solas con Luca, es inútil lo que hagan, Luca a estado dormido durante un año —. Tu padre mi pidió que te escoltara para que no hicieras nada imprudente.

—No soy imprudente.

Medras se ríe mientras ata su cabello largo en una coleta. 

—Eso no importa, para eso estoy yo, para impedir que lo seas.

Solo tengo dos amigos en los que confío, en Medras uno de los mejores guardias del reino, tiene un año más que yo, pero es mucho más maduro, todas las chicas aman verlo entrenar, su llamativo cabello color uva lo hace resaltar de todos los demás guardias, es mi escolta, va a todas partes conmigo, me ayuda en mis bromas y cuida que nadie me haga daño aunque sabemos que puedo cuidarme por mí solo.

CORONADO: EL AMANTE DEL PRÍNCIPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora