6 flojos y vagos

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Ya era tarde, el sol empezaba a bajar pero no lo suficiente como para que anocheciera tan rápido, todos seguían en sus puestos trabajando, solo que ahora ya no había tantos clientes como antes, lo cual para ______ y Fred era algo bueno, así descansaban un poco ambos.
Por otra parte, Frisk seguía en la cafetería, no se había ido para nada y la razón era muy obvia, aun seguía encantado con Fred y quería hablarle, tan siquiera un poco, pero no ah tenido la oportunidad ya que luego los clientes llegan y lo llaman para ordenar, y encima que sus nervios le ganan por que ni siquiera sabe que puede decirle, para Muffet quien presenciaba esto debes en cuando, le daba algo de gracia verlo en ese modo, pues nunca lo había visto tan aferrado a algo, desde que tuvo la misión de destruir la barrera y liberarlos.

Ahora los chicos descansaban un poco, ______ había dejado la última orden de un cliente y ahora ambos descansaban en un pequeño cuarto para empleados, donde podían tomarse un descanso breve.

Aveces me pregunto como le hacemos para aguantar a los clientes —comento Fred sentándose en una silla, recargando sus brazos en la mesa.

Mira el lado bueno, todos han sido amables, es mejor a que tengamos clientes mamones que ni aguanten un rato de espera de su orden —dijo ______ también sentándose.

Mmm pues tal vez tengas razón —alzo los hombros el moreno— yo estoy cansado, no siento las piernas.

No exageres flojo.

En eso, alguien mas entro al pequeño cuarto.

Ah con que los dos descansando de lo muy bonito, mientras nosotros nos partimos las manos en la cocina.

Era Teresa, quien se adentro y detrás suyo estaba Mikey.

Que hacen aquí? —pregunto la moreno mirando a ambos confundida— Muffet los va a regañar por andar afuera de la cocina.

Ay relajante morenasa, ademas, no hay mas clientes para preparar y eso, así que, estamos en un pequeño descanso también —comento sonriendo Mikey sentándose.

Pues si ustedes lo dicen, a ver si luego no se meten en problemas je —dijo Fred mirando a ambos.

______ negó divertida junto a su amiga pelirroja, los cuatro estuvieron conversando un poco y descansando de todo el día atareado, hasta que la campana de la puerta se hizo sonar, dando a entender que otros clientes habían llegado, todos se levantaron y se dispusieron a irse a seguir trabajando.