Capítulo 33

24 3 0
                                    


-Entonces hiciste gay al pobre hombre- se burla Mía poniéndose más roja con cada carcajada.

-No te burles, aunque a mí también me parece gracioso- saca la lengua como si fuera una niña pequeña

-Bueno, entiendo la situación, pero entonces qué quieres hacer o mejor dicho, qué vamos a hacer, porque yo quiero conocer ya a mi cuñado.

-Oye no exageres que ni me imagino casándome.

-Eso lo veremos, pero por lo pronto responde mi pregunta.

-Muy bien, necesito que me ayudes y que de paso le demos uso al dinero de tu maridito, digamos que es el pago de la dote que aún no he recibido por tu matrimonio.

-Está bien- acepta Mía

-¿De verdad? ¿Así de fácil?, ¿quién eres y qué has hecho con mi amiga?- la mira entornando los ojos

-No seas tonta, es lo mínimo que puedo hacer por ti y no es como si ahora me guste disponer de su dinero, pero sé que no se opondrá y que sea lo que quieres hacer no es como si fueras a desfalcarlo.

-Gracias y te quiero... y te extrañe- hace un puchero

-Pero vaya qué te ha hecho ese hombre, tú haciendo pucheros, pues bien te diré que no me afecta así como me dices siempre- se cruza de brazos y la mira de reojo.

Kaori ríe y se siente feliz de tenerla a su lado, de verdad que Mía es alguien muy importante y con su cariño y apoyo sabe que podrá cumplir su propósito. En este momento no sabe cuáles serán los resultados, pero sus acciones estarán motivadas por el cariño hacia aquellos hombres a quienes se supone debe temer y por el amor que le despertó el líder de todos ellos.

Los días han pasado y todo parece regresar a su orden normal. En el barrio todo ha quedado claro para sus habitantes y han logrado contener los deseos de la banda rival para que no intenten atacar de nuevo, incluso han reducido su territorio. Todo como resultado del fracasado secuestro y del mal liderazgo presente en la otra banda, la cual fue víctima de su propio invento y con todo el ajetreo, amenazas, peleas y malas acciones aumentó el rechazo de los habitantes a su alrededor y en el interior rodaron varias cabezas, por lo cual parecía que se acercaba a su extinción.

Por su parte, León como nunca antes ha leído el periódico todos los días, especialmente el New York Times, algo que ha dejado un poco sorprendidos a sus hombres, incluso dándole un aire un tanto intelectual por la forma tan detallada en la que parece ver cada sección y siempre como si buscara algo en él. Ante ello sus hombres optan por no decir nada para no mencionar palabras que puedan molestarlo, debido a que ha estado muy sensible y sus aquellos han recibido varios golpes en entrenamientos esporádicos y realmente agotadores que los ha hecho ver realmente el infierno.

Sin duda el trabajo se ha incrementado en la banda y parece que tiene que ver con el mal humor de León, quien está increíblemente irascible y en ocasiones taciturno.

-Yo creo que es una buena idea buscar a Kei- se atrevió a decir Kike, al no aguantar más esta situación y preparado para recibir cualquier impacto por su osadía, ese nombre había quedado vetado de la casa y entre todos los que ahí acudían.

León no explicó la situación a sus hombres, no era de los que compartía fácilmente lo que sentía o pensaba, pero era evidente por su actitud y rudeza que algo le molestaba y dolía, y que eso estaba relacionado con el pequeño de cabellos oscuros que había permanecido poco tiempo con ellos, pero que había dejado una gran huella en su líder.

El rumor del bromance corrió entre todos, lo cual para algunos fue una sorpresa y algo casi increíble que negaron de forma rotunda, pero al ver el cambio de León, no pudieron menos que aceptar la nueva situación de preferencia de aquel gran hombre, porque así alguno quisiera burlarse o debatir sus sentimientos ninguno se atrevería a hacerlo, a menos que lo que quisiera fuera un suicidio muy doloroso.

-No digas estupideces y he dicho que ese nombre no puede pronunciarse en este lugar.

-Sólo me atrevo a decir lo que muy seguramente clama tu interior pero que de seguro pretendes ignorar- se gana una mirada dura y un gruñido de enojo.

-Jefe- dice Trash entrando a la oficina –vera, yo he traído a alguien que muy seguramente a usted le gustará ver- expresó el hombre con la cara tatuada, se veía algo nervioso, pero muy entusiasta.

-No quiero ver a nadie. Así que si no es importante sólo vete.

-Vera... es que... yo me encontré con este chico que parece una chica con esa cara tierna y hasta dulce, cabellos oscuros y ojos... – no pudo terminar su descripción porque León se levantó de su silla y se acercó rápidamente a él sorprendiéndolo por esa reacción

-¿En dónde está? – preguntó apresurado sin ocultar su emoción.

-Pues lo traje conmigo, pero no es- nuevamente no lo dejó terminar y salió de la oficina tan rápido como un rayo para ir directamente a la entrada de la casa con la idea de ver de nuevo a la chica que no había abandonado su mente por más que lo había intentado y que no sabía cómo encontrar.

-Kei- la llamó siéndole más familiar ese nombre que el verdadero, pero se detuvo tan rápido como al principio iba porque en efecto se encontró con un chico delgado, de baja estatura y de cara hermosa, pero no era Kei, era otro con algún parecido físico.

-¿Qué significa esto?- preguntó furioso mirando hacia atrás sabiendo que Trash y Kike habían salido detrás de él

-Es que siempre dicen que un clavo saca a otro clavo y este chico está dispuesto a ya sabe....- dijo sonrojándose un poco y pensando que quizás algo de sexo podría mejorar el humor de su líder y de paso podría facilitarles a ellos la vida y descansar de tanto entrenamiento

-Sí serás imbécil- susurró Kike negando con la cabeza.

-¿Has dicho qué?- gritó León tan fuerte que todos los presentes se asustaron y empezaron a temblar preparándose mentalmente para otro entrenamiento del infierno.

-Pues... es que el chico se le parece y seguro que puede ser de ayuda – expresó un tembloroso Trash

-Me vas a explicar en este preciso momento qué es lo que se supone que voy a hacer con ese muchacho de ahí- dice señalando a la entrada a un chico que ahora está más asustado que hambriento, el real motivo para aceptar hacer cualquier cosa para asegurar algo en su estómago.

-Esto, pues...

-Cállate no digas nada más- suplicaba en susurros Kike, pero al parecer no era escuchado porque Trash continuaba con su respuesta

-El chico dijo que tiene experiencia y se parece mucho a Kei, así que ¿por qué no?- se encogió de hombros y pensó que aquello era la solución más fácil, rápida y efectiva para que León dejara su notable frustración y por fin los dejara descansar.

La mano de León voló por el aire hasta impactar en la cara de Trash y mandarlo al suelo, ante la mirada sorprendida de Kike y el joven cuyo nombre se desconocía pero que tenía cierta similitud con Kei, salvo que éste sí era un hombre.

-No te metas en lo que no te importa y si estás con tanto tiempo libre para hacer tonterías mejor ve de inmediato al patio a entrenar y que eso sea lo único que hagas en todo el día sin agua ni comida- ordenó tan fuerte que a aquel casi se le paraliza el corazón, dándose cuenta en ese momento que en vez de ofrecer soluciones había empeorado las cosas.

León tomó de la mano del chico y lo haló hasta acercarlo a Kike

-Llévalo contigo y dale algo de comer, es evidente que no come en días, también busca algo que pueda hacer- se agacha un poco y susurra en el oído del más joven –eso sí, ni se te ocurra que eso tenga algo que ver con entrar a mi habitación- le advirtió y el chico asintió en respuesta.

Después de la gran conmoción Kike veía como elchico comía con tanta gana que hasta lo hacía con las manos, se veía frágil ydesprotegido, le recordó a sí mismo años atrás, aunque él no tuvo que venderseni hacer cualquier cosa para conseguir dinero, eso gracias a que en su caminose había cruzado León y sabía que seguramente este chico que introducía contanto desaforo los alimentos a su boca como si alguien le fuera a quitar elplato en cualquier momento, ya no tendría que continuar con una vida triste,por lo menos ya había aparecido frente a León y él no lo desampararía y eso eralo que lo hacía tan especial y que los demás lo respetaran como un líder, queera fuerte, sin duda, pero también tenía un gran corazón y se preocupaba endemasía de los demás, incluso sin pensar en él mismo.

Chico o chicaWhere stories live. Discover now