ᴅᴏɴ'ᴛ ʙᴇ ɪɴ ʟᴏᴠᴇ || Bruno Madrigal y tú

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Pequeño aviso antes de comenzar: Yo entiendo que tal vez están en desacuerdo por lo que pasó con Diego pero solo quiero recordarles que no es motivo para decir que "me odian" entre otras cosas, esto es ficción es un fanfic además les recuerdo que aún no ha llegado a su fin así que todo puede pasar y más porque hay magia involucrada, no estoy diciendo que Diego vaya a volver pero tampoco digo que no vaya a hacerlo, ya para acabar están en todo su derecho de dejar de leer cuando gusten pero poner comentarios como "ya no voy a leer porque mataste a Diego" siento que son innecesarios, sin más que decir disfruten el nuevo capítulo :)

Justo donde el cuerpo de aquel hombre que fingía ser Pedro Madrigal estaba, comenzó a aparecer el de la pequeña Amelie Madrigal. La niña comenzó a abrir sus ojos, los rayos del sol golpearon su cara nublando su vista por unos segundos.

Los tres miraban asombrados con una inmensa alegría a la pequeña que estaba en suelo con su típica vestimenta y peinado, tal como lucia antes de desaparecer. Mirabel se lanzó a abrazar a su prima tras verla, aturdida la joven miró hacia enfrente encontrándose con su abuel, la mayor se acercó para abrazarla fuertemente dejando un beso en su mejilla.

Amelie sonrió devolviendole el abrazo a ambas, giró su rostro un poco, encontrando al hombre que le había dado la vida, los ojos avellana de la niña chocaron con los verdosos del hombre.

Amelie: ¿Papi? - susurró levantándose del suelo

Bruno la miraba nervioso con una mueca de arrepentimiento en su rostro mientras sujetaba uno de sus brazos con su mano nerviosamente.

Bruno: Hola - habló nerviosamente

La menor no dijo nada, lo miraba asombrada era la primera vez que no lo veía en una fotografía, el mayor suspiró pensando que la chica estaba furiosa con él y por eso el silencio, sin embargo una sonrisa instantánea apareció en el rostro de la chica, corrió lo más rápido que pudo lanzándose a los brazos del pelinegro, Bruno al no esperar ese impacto cayó de senton al suelo con la niña abrazandolo.

Amelie: Papá - lloriqueo escondiendo su rostro en su pecho

Los Madrigal había tomado un descanso de buscar a Mirabel, estaban reunidos junto a los escombros de la casa mientras discutían que pasaría a partir de ahora.

Pepa: ¡La magia se fue que vamos a hacer!

Julieta: Debemos encontrar a Mirabel

Dolores: Ya ninguno de nosotros tiene su don, ¿que nos pasará?

Dantes: Deberiamos estar buscando a Mirabel en vez de lloriquear por la magia - soltó sin emoción alguna

Todos guardaron silencio, el pelinegro no había hablado desde lo que había pasado con sus hermanos, simplemente se había levantado para ayudar a buscar a la chica en silencio.

_______: Si, deberíamos seguir buscando a Mirabel - soltó con la voz rota tratando de no romper en llanto

Isabela: Tranquila tía, debería tomar un descanso - se acercó para abrazarla

Luisa: Tu también deberías tomar un descanso Dante - susurró

Dante: No necesito nada - espetó alejándose

El primogénito de Bruno estaba más que dolido, estaba destrozado, sin embargo había llorado tanto hace unos momentos que ya no quedaba más, se sentía vacío, pero había decidido que tal como lo había hecho cuando se fue su padre se fue, iba a ocultar y guardar profundamente sus emociones de nuevo.