Café

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Minghao tocó la puerta y escuchó un "adelante" que provenía del otro lado, así que entró. -Mingyu, ¿podemos hablar? Por favor.-
-Dejaste todo claro. No tenemos más nada que hablar, así que ve a trabajar.-
-Yo sí tengo algo para decirte y no me iré hasta que me escuches.-
-No es el momento, Minghao.-
-Lo siento...-
-No tengo tiempo para esto. -lo interrumpió Kim. -Por favor, vuelve a trabajar.-
-Toma un café conmigo al salir del trabajo.-
-Tengo planes.-
El chino recordó lo que le dijo su amigo sobre no arrastrarse, pero en ese momento lo único que quería era estar con Kim. -Te ruego que me escuches. Sólo 5 minutos. Y si no te importa lo que te diga, te vas y nunca más volveré a molestarte.-
-Te veo en la cafetería de enfrente a la salida. Te daré los 5 minutos, nada más.-
-Gracias. Nos vemos.-
Mingyu suspiró cuando su oficina volvió a estar vacía. Era difícil intentar alejar a Xu cuando en realidad lo quería cerca, pero sabía su valor y que merecía más que un tipo que no lo ama y lo trata como si no fuera nadie.

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-Gracias por venir, Mingyu. Yo...-
-Ve al grano, Minghao. -el coreano lo interrumpió mientras se acomodaba en la mesa.
-Lamento muchísimo, de verdad, la forma en la que te hablé esa noche. Tienes todo el derecho de odiarme porque me comporté como un idiota.-
-Me alegra que te des cuenta.-
-Y sé que mereces algo mucho mejor, especialmente después de haberte lastimado, pero la tristeza y el enojo hacia mí mismo que me produjo lo que te hice me ayudó a darme cuenta de algo... -Xu hizo una pausa.
-¿De qué? El tiempo corre.-
-Me gustas, Kim Mingyu. Sí, derribaste las barreras y me conquistaste con tus mil talentos. Me gustaste desde siempre pero no quería verlo. Te llamaba "amigo" pero estabas todo el tiempo en mi mente, y siempre tenía una excusa que justificara pensar en ti, pero ahora lo sé, sé que no quiero ser tu amigo ni tu compañero de trabajo, así que espero que no sea demasiado tarde.-
-Sí sabes que uno no se des-enamora de un día para el otro, ¿no?-
-Claro.-
-Y te imaginarás que olvidarte es lo que estuve haciendo estos días...-
-Si no quieres estar conmigo puedes decirlo sin vueltas, Mingyu. Puedo aceptarlo.-
Kim apoyó los antebrazos en la mesa y se acercó al chino. -¿Por qué no vamos a otro lugar? Éste está demasiado lleno. -le susurró.
Minghao tragó saliva. -Sí. -dijo en tono casi inaudible, pero que por la cercanía el otro pudo oír.
-Mi casa esta cerca. ¿Vamos? -preguntó el más alto incorporándose.
Xu asintió con la cabeza. Sus pensamientos iban más rápido que sus acciones. Desde el momento en que escuchó las últimas palabras de Mingyu hasta que se levantó, lo invadieron millones de posibilidades sobre lo que podía pasar cuando lleguen a su casa. Imaginó desde que lo golpeaba por haber sido tan tonto hasta que terminaban en la cama. «Calma, Minghao. Vive el momento.» dijo para sí mismo intentando relajarse.
Ambos abandonaron el lugar y subieron al auto de Kim.

Por error •Gyuhao•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora