Gotas Saladas [Edición]

𝑿𝑽𝑰.ఌ︎

Pasado su cuerpo, la pesadez de la golpiza anterior aun seguía muy bien vigente sobre sus huesos y sus muslos que aún palpitaban con ardor y dolor que le perforaba.
Poco a poco se incorporaba con el dolor sobre el abdomen.

Se sentía tan patético de no aver podido hacer nada para sobre llevar la pelea. Pero ahora recordaba el porque y sabía que era lo mejor aún que no fuera haci.

....

Pasaron los días y el continuaba pero las amenazas continuaban de igual modo, siempre superando los límites de los cuales Mikey debía proteger o de los que estaban a su alcance.

Lo único bueno en esos momentos era el, era takemichi que sin importar que fuera el estaba ahí para apoyarlo. Se creían la persona más importante porque lo tenía a el, pero ahora Izana iba por su felicidad ya que ahora lo obligaban a irse de la ciudad, el principal  objetivo de el era que Mikey se fuera ya que tenia mucha información pero también era culpable.

El remordimiento de aquella persona, aún lo carcomia y no quería ya estar en esa situación. Sabía que lo mejor era irse, largarse como un maldito cobarde.

La última noche la paso al lado de takemichi, sintiéndose el hombre más afortunado del mundo, aunque sentía pena por si mismo... Cómo se supone que takemichi tomara la noticia del día siguiente que no lo encontrase en la cama.

Pasó una hora exacta en la que su cuerpo no se movía y solo lo observaba dormir tan placenteramente. Se ponía a pensar en los días atrás y en los que tomo la decisión de disolver a la Toman.

El pensaba que era para un bien mayor, todos podrían tener una vida perfecta sin saber más de él y sin saber en la clase de monstro que se había convertido.

En unas dos horas el sol saldría y el ya no estaría ahí, ahora mismo subía al tren que lo sacaría de la ciudad. Izana le dio dinero y una cantidad que le permitiera huir.

Se preguntaba si lo volvería a ver.

[....]

No habían pasado ni 12 meses y Mikey ya estaba en vuelto en algo sin marcha. Había encontrado a un viejo amigo de la infancia, había puesto la propia soga a su cuello y ahora sus manos manchadas de sangre ya no temblaban.

Quería preguntarse si alguna vez volvería a ser libre, estar en paz oh si alguna vez volvería a sonreír como la primera vez.

Pasaban los días y luego los meses y por último los años, la gran organización de asesinos había crecido y en su totalidad, Mikey regia la organización, regia botem.

.....

Takemichi aún sobrellevaba su embarazo, con nueve meses ya no podía hacer mucho. Pero con la ayuda de chifuyu podía hacer más cosas y una de esa era tejer chambritas de estambre del color azul.

No hace unos meses Takemichi porfin supo el sexo de su pequeño hijo, que a solo unos días pronto conocería.
Durante las noches acostumbraba a tararear una canción que le recordaba en su niñez y que este se la tarareba a su vientre.

El día del alumbramiento había llegado, takemichi estaba un poco asustado. los dolores de parto lo asustaban más, era en ese momento que lo recordó, tal vez si estuviera ahí su miedo disminuiría y tendría más valor de traer a su cachorro.

Pero no, el no estaba ahí y estaba seguro de ya mirar al presente, de mirar su futuro y a la criatura que estaba a punto de nacer.