Omega (A)típico [NoRen]

TRES

Mark camina con cierto nerviosismo en su interior, sonriéndole dulcemente a Hyunwoo en cuanto el bebé le dirige una mirada. ―Ya casi estamos allí ―le dice al infante con cariño, observando hacia el frente de nueva cuenta.

Habían pasado 2 meses desde que Renjun se había ido de la manada. Mark solía llevar a Hyunwoo semanalmente para que no perdieran contacto, terminando con el bebé quejándose porque no deseaba apartarse del lado de Renjun; sin embargo, ante el semblante decaído del Omega, éste le pedía que por favor no le dejara ver esa faceta suya.

Renjun siempre se alegraba de ver a su bebé, queriendo saber con detalles qué tal estaba durante los días en que no lo veía. Hyunwoo seguía siendo fiel devoto de Renjun, buscando su calor al exigir entre quejas que fuera éste quien lo cargara cuando se hallaban juntos. Mark trataba de tener una actitud positiva, no dejando que Renjun percibiera lo mal que se sentía por el hecho de visitarlo fuera de la manada y no dentro de ella. Incluso la vez que había ofrecido traer al resto de los chicos, Renjun se había negado, algo incómodo porque alguno le preguntara el por qué se fue; puesto que sólo Mark lo sabía.

A pesar de todo esto, y lo acostumbrado que Mark estaba de ver a Renjun cada semana, todavía le daba cierta ansiedad tener que verlo así.

Renjun era bueno en ocultar su dolor, y aunque Mark no podía olerlo, aún notaba cierta aura triste a su alrededor. Le conocía lo suficiente para saber que Renjun estaba más cómodo fingiendo que no se daba cuenta, pero le mataba por dentro verlo tan decaído.

Toma una larga inhalación cuando se encuentra frente a la casa, tratando de relajarse y que Renjun no note su estado emocional. Da unos toquecitos a la puerta en cuanto sube el pórtico. ―Veremos a mamá ―le murmura a Hyunwoo, negando para sí cuando aquella palabra sale de sus labios.

Yangyang le había pegado el decirle mamás a los Omegas, así fueran mujeres u hombres.

La puerta se abre con un chasquido suave, dejando ver a un Renjun de ojeras ligeramente marcadas (Renjun nunca había tenido ojeras). Su rostro denota indiferencia, pero en cuanto se da cuenta de que son Mark y Hyunwoo sus ojos se llenan de brillo. ―Hyunwoo ―menciona con cierta emoción, tomando al bebé que extiende sus bracitos hacia él.

Mark le sonríe, cerrando la puerta tras de sí cuando Renjun entra con Hyunwoo en brazos. ―Lamento si estabas ocupado, pero creí que te gustaría verlo en la mañana ―dice con la misma sonrisa, siguiendo a Renjun hacia los bancos de madera que había hecho tiempo atrás. Al Omega no le gustaba no tener donde sentarse mientras cargaba al bebé.

Renjun reparte besos por todo el rostro de Hyunwoo, escuchándolo chillar de alegría. Le acaricia sus cabellos, sonriendo con amor desbordante al verlo. Mira a Mark después. ―Está bien, sólo le preparaba algo. Es su cumpleaños ―anuncia, restregando su rostro suavemente en el cuerpo del infante para dejarle su aroma.

El Beta hace una mueca de ligera sorpresa. ―¿Es hoy? ―inquiere, dirigiendo su vista hacia la encimera, donde varias figuras de madera se hallaban labradas.