3- Despedida de soltero (con Kip Winger)

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El regreso de Bea lo tenía a Kip nervioso por varias razones, en primera porque la última vez que habían hablado por teléfono, terminaron discutiendo, segunda que hacía tiempo no se veían pero que ella regresara significaba que no estaba tan enojada después de todo y tercero, que la última vez que se vieron, ella estaba tan hermosa que tembló hasta que se fue, aunque en realidad hubiese querido que se quedara más días pero no pudo pedírselo y ahora las cosas estaban a nada de cambiar, al menos para él.
Cuando la vio llegar por el pasillo, sintió gana de acortar la distancia entre ellos, correr a abrazarla y hacerla despegar sus pies del suelo para hacerla girar con él, como si de una película de amor se tratara. Estaba aún más hermosa de lo que la recordaba; su largo cabello castaño con ondas, sus ojos verdes casi oscuros, sus carnosos labios color rosa. No podía creer que estuviese infundada en su traje de trabajo.

-Hola, Kip -su voz era como el canto de un ángel que no tenía idea de como era eso, pero suponía que parecido a su voz.

-Bea -soltó en un suspiro sin dejar de sonreirle y extendió sus brazos para recibirla.

Ella quería abrazarlo tan fuerte como pudiese, pero se sentía dolida así que para no dejarlo con sus brazos abiertos, se apoyó en medio de sus clavículas y sintió el perfume que tanto le encantaba acurrucándose más en él.

-Te he extrañado demasiado -le susurró sintiendo su suave cabello tocándole el rostro.

-También te extrañé -respondió y el pulso de Kip se aceleró.

Juntos fueron a buscar el equipaje de Bea y mientras charlaban de camino al auto, él no podía dejar de admirarla más que de simplemente verla. Sentía que iba a cometer un error pero todo estaba avanzado como para echarse hacia atrás.

Rumbo hacia el hotel, continuaban poniéndose al tanto de sus vidas. Bea no podía quedarse en el departamento de Kip porque sus padres estaban con él, no le molestaba estar en otro lugar aunque le gustaba el departamento de su amigo. Habían grande recuerdos en él que le hubieran gustado rememorar.
Cuando estuvieron en el cuarto, él se quedó unos minutos con ella esperando a que se acomodara.

-Necesito ducharme urgente -dijo buscando presurosa ropa en su maleta.

-De acuerdo. ¿Quieres que me quede o que pase por ti después?

-Si tienes cosas que hacer, lo mejor es que vuelvas después. Yo estoy algo cansada y quizás después de la ducha, duerma un poco, pero no demasiado como para perderme el almuerzo -le sonrió y el corazón de Kip golpeó en su pecho con fuerza.

-Esta bien. Vendré por ti -se acercó a darle un beso en la mejilla y ella lo sostuvo un momento por una de sus mejillas.

-Estaré esperándote -ambos sonrieron.

Kip de camino a casa de su prometida, reflexionó miles de veces si era buena idea no casarse. Agradecía que Bea no le haya dicho nada sobre su última discusión telefónica pero de todos modos las cosas no iban a terminar bien y lo sabía.

Antes de la hora del almuerzo, Kip pasó por su amiga como le había dicho. Ella llevaba un vestido de tela ligera que mientras iba bajando las escaleras, gracias a una brisa él logró verle las piernas hasta casi su braga y sintió que iba a descompensarse porque toda la sangre se le había ido más abajo de su cadera.

Cuando estuvieron frente a frente él deseo llevarla a la habitación y hacerla suya cuantas veces le fuera posible, Bea lo miraba esperando una respuesta al "¿nos vamos?" que le había hecho. Un segundo después él atinó a responder y subieron a su coche.

-La verdad es que no han podido escoger peor fecha para casarse. Hace un calor espantoso -dijo ella abanicándose con una mano.

-Si, no fue mi idea, pero, la acepté.

Hot Rock (Dentro de Mi II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora