6- Mujer prohibida (con Damiano David)

1.6K 25 3
                                    

—Tenemos que dejar de vernos —dijo ella en su boca mientras iba quitándole la ropa.

—No —susurró Damiano ahogado en los besos que le daba mientras sentía sus uñas clavándose en sus hombros— no vamos a dejar de vernos.

—Por favor —lo tomó del rostro apartándolo antes de que le tocara el cuello con los labios— sabes que ocurrirá si mi esposo se entera. Creo que ya lo sospecha, de saberlo, no estarías aquí.

—No me importa —sus miradas se cruzaron con intensidad— moriría por ti.

—No quiero que mueras. Eres muy joven para arriesgar tu vida por una mujer como yo —apoyó su frente contra la de él.

—Pero te amo. No me apartes de tu vida —se aferró a la cintura de esa madura señora que lo enloquecía.

—Si no te pongo a salvo terminando con todo esto, no volveremos a vernos y antes de que te haga daño, prefiero no volver a sentirte que jamás poder verte otra vez.

El beso fue más intenso que el anterior. Damiano le ofrecía todo aquello que ella creía olvidado. La hacía sentir joven, amada, deseada, pero sabía que no podía mantener aquello ni un segundo más.Cuando la boca del joven le tocó la piel debajo de su mentón, se sintió completamente poseída por la pasión. Llevó su mano hacia sus cabellos donde los enredó haciéndole saber que no debía detenerse, ejerciendo presión sobre él.La lengua de Damiano surcaba una larga lamida hasta el nacimiento de los senos de Zinerva. Disfrutaba de su pecho subir y bajar lento por la respiración agitada producto del placer que le otorgaba. Refregó su frente en su pecho y succionandole despacio la piel, llegó hasta uno de sus pezones hinchados. Pellizcándo uno de ellos, despacio con sus labios, mientras sus dedos se aferraba a la espalda de la mujer, comenzó a chuparle el seno y Zinerva comenzó a jadear con fuerza mientras lo aprisionaba con sus piernas.

—Ah... Damiano... —su nombre pronunciado por esa sensual voz, le provocaba que la erección bajo su pantalón comenzara a molestarlo.

Con su mirada hacia el techo, Zinerva sentía como jugueteaba con sus pezones y aún más, como su entrepierna se sentía urgida.Aunque el abrumador pensamiento de qué podría ocurrirle a Damiano, la atormentaba. Si tan solo pudiera huir con él, sin temor de que fuese fácil de encontar, lo habría hecho hace tiempo.Él le separó las piernas todo lo que ella podía abrirlas. Tras haberle recorrido el torso hasta la cintura de su falda, se la desprendió con cuidado mientras le besaba el costado donde estaba la cremallera. Se la bajo de inmediato y besándola por su ingle, metió sus dedos dentro de su braga para corrersela hacia un lado tocándole su carne ardiente. Zinerva soltó un jadeo intenso, mientras su cuerpo se agitaba intentando oxigenarse. Ese joven la dejaba sin aliento. Damiano llevó la punta de su lengua hacia sus pliegues y ella gimió sujetandose de la mesa. Verlo devorarle su coño la ponía a correrse sin control. Solo él le había provocado tantos orgasmos en cuestiòn de segundos en toda su vida hasta podia pensar que lo amaba.

—Da-Da-Damiano —su voz ahogada saliendo desde atrás de su garganta le permitió nombrarlo tartamudeando.

Él le succionaba el clítoris y tironeaba con delicadeza con su boca de sus delgadas carnes hasta hundir su lengua en su principal entrada de placer y ella se deshacía en placenteros espasmos hasta que le temblaban las piernas.Damiano volvió a recorrerla tal como había descendido. Fue desprendiendo su pantalón hasta bajarlo con su ropa interior sin dejar de lamerle los senos. Tomó su dura longitud y la pasò por el jugoso sexo de Zinerva. Ella jadeaba, lo necesitaba y cuanto lo necesitaba. El le frotaba a penas la punta caliente, jugando, haciendola alardear, la quería escuchar pedírselo, rogando, suplicando hasta las lágrimas que la tomara profundo como él sabìa hacerlo. Si era la última vez juntos, quería todo de ella, en todas las posiciones posibles, el tiempo que les tomara.La sujetó de la nuca e hizo que lo mirara directo a los ojos.

Hot Rock (Dentro de Mi II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora