14. Madrugada

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POV Eva:

Estuvimos caminando por toda la ciudad durante mucho tiempo, no se cuánto exatamente, pero ya me comenzaban a doler los pies, la gente nos miraba y estoy casi segura que nos juzgaban en voz baja, y a pesar de eso nada pasaba

–Esto no está funcionando – dijo Tiago luego de un buen rato

–Me doy cuenta – dije algo resignada, el freno en seco y voltee a mirarlo

–Tenemos que ir con Manuel – suspire y mire hacia otro lado

–No se si sea lo mejor – dije y él torció los ojos

–Eva, cantamos en el parque una canción que en esta época no existe, caminamos por toda la ciudad con esta ropa, ¿y que conseguimos con eso? que un señor nos preguntara de qué circo somos para ir – lo mire tratando de contener la risa, el me miró igual y al final los dos reímos

–Eso fue gracioso, y muy random

–Lo fue... pero ese no es el punto

–Entiendo tu punto, solo no se que hacer – dije mirando hacia el suelo, Tiago se acercó un poco y puso su mano en mi hombro

–Tu abuelo es inteligente, quizá el nos pueda ayudar – dijo y yo lo mire

–¿Crees que nos ayude? – dije y él asintió

–Vamos ¿si?, el sol casi se oculta – asentí y caminamos hacia la casa de mi nono

Durante todo el camino ninguno de los dos dijo nada, fue el camino más largo del mundo, además de que la gente nos seguía viendo raro, tanto que me comenzaba a sentir un poco incómoda

Al llegar me acerque a la puerta y toque el timbre, esperamos unos segundos y nadie atendió, mire a Tiago y el me miraba

–Parece que no hay nadie – dijo y golpeó a la puerta, pero nadie abría

–Que raro, las luces están encendidas – dije mirando a la ventana

Tiago se acercó y giro la manija de la puerta –Esta abierto – dijo y entro a la casa

–¿Que hacés? no podemos entrar así – dije parada en la entrada

–¿Y te pensas quedar ahí afuera?

–No está bien que entremos sin permiso

–Eva, es la casa de tu abuelo ¿ok?, no es allanamiento o algo parecido

–... Bueno si tenes razón – dije y entre, cerré la puerta detrás de mi y me dirigí directo a la cocina, no había comido en todo el día y moría de hambre

–No querías entrar a la casa y ahora te robas la comida – dijo Tiago mientras sacaba todas las cosas de la alacena para preparar sandwich

–¿Querés uno? – dije levantando el pan

Él me miró unos segundos en la entrada de la cocina y luego se acercó –Si quiero

Preparamos los sandwiches y nos sentamos en el comedor

–¿Quieres hablar? – dijo Tiago para después darle una mordida a su sandwich

–¿De qué? – dije mientras comía también

–De lo que pasó hoy en el parque – lo voltee a mirar en cuanto dijo eso, el me miraba también, desvíe la mirada a la mesa y negué con la cabeza –En algún momento tenemos que hablarlo

Entre la razón y el corazónWhere stories live. Discover now