ᴛ ʀ ᴇ ɪ ɴ ᴛ ᴀ ɪ ꜱ ɪ ᴇ ᴛ ᴇ

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Lo admitió.
YoonGi lo negó, después se enfureció y al final lo aceptó.

Porque al final de todos los días, él en su subconsciente lo sabía.

Sabía que era él, sabía que era JiMin la persona maldecida, la dueña de sus flores en sus pulmones, Park JiMin... Era su Hanahaki.

Tragándose el sabor a fierro, limpiando una lágrima con su muñeca y cerrando los ojos fuertemente... YoonGi asintió.

Tu eres... Lo sé.

Sus labios se partieron.

No era coincidencia los ataques de ansiedad que tenía cada que se veían, la serenidad que se manifestaba en su cuerpo cada que sus manos se unían, las tremendas ganas de besarlo cada que JiMin hablaba y juntaba sus labios pomposos, el deseo de tocarle sus palmas, sus mejillas, su nariz... Sus belfos.

Su corazón latiendo rápido cada que JiMin le decía un cumplido, él diciéndole cumplidos... Las ansias de verle y que este se diera cuenta que ese día usó perfume, o que peinó de más su cabello... O que su camiseta estaba bien planchada, los besos necesitados que se dedicó a robarle hace un par de días. No era coincidencia que su oído al parecer había grabado la risa del menor... Que YoonGi contó exactamente 13 pecas esparcidas en el puente y mejillas de JiMin, que sentía extrema rabia hacia JungKook cada que desvaloraba al peli negro, la avaricia de gritarle al mundo entero que nadie le toque, que JiMin no era digno para ningún ser humano y que el solo podía volver a tocar sus labios con los suyos.

Los sueños... Mierda los sueños. Había soñado con JiMin en diferentes situaciones toda esa semana, de todo tipo... Cuando despertó con una erección al cuarto día, decidió ponerle seguro a su puerta antes de dormir aunque después se haya dado cuenta que solamente fue una vez en que lo imagino de esa manera.

Pero joder... Le había encantado.

Le había encantado todo de JiMin, absolutamente todo... Y claramente él sabía que posiblemente lo estaba idealizado, idolatrando.

Pero Dios mío santo, lo vio en sus peores momentos, le vio llorar, le vio sufrir por lluvia helada, por despecho, por culpabilidad. Le vio en situaciones vergonzosas, cuando se acababa de levantar y tenía baba seca en el límite de sus labios, cuando miro sus piernas llenas de ronchas por los bichos del pasto de la facultad. Cuando le miro caer en la playa por una piedra insegura que pisó por error.

Y aún así... Le seguía pareciendo el ser más hermoso que haya pisado la tierra.

Mierda...

YoonGi con su manga larga limpio la saliva mezclada con sangre que goteaba sus labios.

Que puto asco...

Pensó cuando le dió a la palanca del retrete y miraba con un bolo de flores y sangre diluida se iba para nunca volver.

Desbalanceado y temblando llegó hacia el lavabo viejo y el espejo manchado, apoyó sus palmas en él y despacio fue alzando la mirada hasta que pudo verse en el reflejo.. sonrió.

Se veía hecho mierda, sudaba frío y sus ojeras se marcaron más pues había terminado con un tono de pálido más claro de lo que ya era.

No era la primera vez que se sentía mal después de vomitar, pero esa noche se sintió peculiar.

JiMinie...

JiMinie...

JiMinie...

Minie...

Porque esa noche abrazó el nombre del chico y aceptó que había caído perdidamente enamorado de él. Entonces en su pecho sentía como espinas se clavan más en sus pulmones... Pero a la vez como una fría ola le daba un respiro casi necesario...

ʜᴀɴᴀʜᴀᴋɪ-ᴍ.ʏɢ~ᴘ.ᴊᴍWhere stories live. Discover now