ᴄ ᴜ ᴀ ᴛ ʀ ᴏ

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Mire como JiMin entraba a su casa justo al frente y desaparecía por la puerta blanca.

Cerré la mía con llave y dejé las llaves en la mesita de a un lado, estaba llena de cenizas de tabaco que mi madre no se ha dignado en limpiar.

Todo estaba casi a oscuras, más que mi cuerpo se veía la penumbra de la luz pero lo demás tenían las luces apagadas, no porque me guste la oscuridad o porque quiera ahorrar energía. Si no porque no quería que JiMin viera lo meirda y desgastada que era mi casa y además, los únicos lugares que recorro en ella es mi cuarto, el baño y de vez en cuando la cocina.

Justo ahora, caminé hacia ella tomando la botella de refresco que dejó JiMin y la metí a ese refrigerador viejo que teníamos, solo habíamos tomado pocos vasos y mi hermana solo se llevó uno a su cuarto.

Mi hermana...

LeeGi tiene 12 años, es una niña muy risueña y amable, siempre con una sonrisa en su rostro que hacía ver sus rasgos tan marcados a los míos.. y tan marcados de nuestra madre.

Ella se había ido a su cuarto después de platicar un poco con JiMin, no sé porque pero ellos dos tienen una química envidiable, me pregunto qué se sentirá recibir a una visita con tanta alegría.

Por eso no estuve nada sorprendido al ver que JiMin le regaló un paquete de palomitas para ella sola y también ver como le decía que podía venir a pedir un poco más de refresco al cuarto.

Y aunque ella tuvo complicaciones más que nada porque mi madre no se cuidó, era una niña completamente normal, con sueños e ilusiones, con amigos e inocencia palpable.

Pero muy bien el fondo de ella y mío, sabíamos que esa sonrisa se desvanecía cuando mi madre llegaba, que el miedo se colaba en sus huesos cuando por accidente alguien veía sus marcas de la muñeca o notaba que estaba un poco hinchada del labio.

Y a pesar que yo también pasé por esas etapa de violencia por parte de mi madre, yo era bastante cauteloso en cubrir mis marcas y no verme débil, al fin y al cabo mi expresión era la misma cuando me preguntaban sobre ella. 

"¿Y tus padres?"

"Mi madre está en casa, cuida de mi hermana" 

"¿No eres demasiado joven para que te deje salir a esta hora?"

"Yah... no pasa nada, sabe donde estoy así que no se preocupa"

Subió a su cuarto arrastrando sus pies como siempre lo hacía y abrió la puerta, su habitación era un desastre, con ropa limpia o sucia en el piso, su cama desarreglada y con platos y vasos que ocupó algún día.

Pensó que debía escombrar antes de que su madre le reclamara con insultos de más, pero solo llevó los trastes sucios al lavaplatos sintiendo que había hecho mucho esa noche.

Se acostó en su dura cama mirando su celular, eran las 11:34 de la noche pero él sintió que no habían pasado las horas, el escritorio estaba lleno de cuadernos con hojas rayoneadas y uno que otro lápiz esparcido.

Habían terminado la tarea y a pesar de que JiMin fue muy ordenado él era otra cosa, todo lo del escritorio era suyo y no se le pasó por la mente ordenarlo pues al fin y al cabo lo iba a volver a poner en su mochila el lunes por la mañana.

No importaba, nada de eso importaba, su cuarto desordenado, su casa sin luz, su sala empolvada... nada de eso le importaba y jamás se sintió con la obligación de hacerlo.

Si la vida iba determinadamente bien, sus días iban de malos a buenos y los excelentes eran cuando había comido 3 veces en todo el día y ningún dolor de cabeza le molestaba en algún tiempo.

ʜᴀɴᴀʜᴀᴋɪ-ᴍ.ʏɢ~ᴘ.ᴊᴍWhere stories live. Discover now