Capítulo 02: El primer corazón roto

603 44 133
                                    

―Un gin tonic para la señorita

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

―Un gin tonic para la señorita.

El chico me entregó mi bebida.

La miré por unos segundos indecisa. No debería aceptar nada de extraños.

Marcus rio de mí nuevamente.

—¿Para que vienes aquí si no bebes? 

—Es mi cumpleaños.

—Ya —chasqueó la lengua.

Me observó detenidamente hasta un punto que empezó a incomodarme un poco.

—¿Qué tanto miras, pervertido? —pregunté.

—Nada, no hay nada que mirar, eres una niña, solo sigo esperando a que me digas tu nombre.

—Pues te quedarás esperando porque no te diré nada sobre mí.

Me levanté de ahí dejando la bebida intacta, fui hacia mi mejor amiga que se encontraba bailando todavía, pero Daniel no estaba con ella.

¿No se cansa?

—Alex, creo que me iré ya. Aaron está en mi casa y papá debe estar esperando por mi de todas formas —hablé, llamando su atención.

—Son las diez, Em, relájate. Además, estás conmigo.

—Exacto, esa hora y tú son una mala influencia para mí, igual sabes que mi papá me da permiso de salir hasta las once.

—Vale, iré a decirle a Daniel para que te lleve a casa. 

—¿En dónde está él? 

—Fue al baño. No debe tardar, en cuanto regrese nos vamos, ¿sí?

Entonces me puse a pensar, ellos querían estar aquí y yo estaba arruinando la noche. Sabía que a Alex no le agradaba la idea de que me quiera ir por Aaron, pero es que ni siquiera disfruto estar aquí, tengo sueño.

—No te preocupes, me iré en taxi.

—Pero podemos llevarte, sabes que no tenemos problema con eso.

—Lo sé, pero no hace falta, de verdad. Sigan disfrutando ustedes por mí, yo ya estoy muy cansada. 

—Vale, pero apenas llegues a casa me llamas para saber que llegaste bien. Es más, compárteme tu ubicación para estar al pendiente de ti en todo momento.

—¿Dieciséis años, recuerdas?

—Lo sé, pero te falta malicia. 

Rodé los ojos con una sonrisa y le entregué mi móvil. Ella se pasó mi ubicación en tiempo real y me dejó ir luego de insistir nuevamente en que ellos podían dejarme en casa.

Pero yo soy muy cabezota.

Ya fuera, miré a los lados buscando un taxi que pasara por aquí cerca, pero no había nadie.

Déjà Vu [#3] En edición✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora