Capítulo 03: Al parecer nunca fui suficiente

545 38 89
                                    

—¿Quieres más pizza? —preguntó mi tía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Quieres más pizza? —preguntó mi tía.

Negué con la cabeza.

—No, gracias, ya me llené —respondí, bebiendo de mi café.

Ella rodó los ojos.

—Adler, tu hija no come nada —dijo ella.

Mi papá no pudo evitar reír.

Era nuestro viernes de películas, usualmente lo hacíamos mi papá y yo solos, a veces Alexandra se nos unía, pero esta vez nuestra invitada fue mi tía Morgan. Así que nos encontrábamos los tres sentados en el sofá de la sala, enrollados entre las sábanas frente a la televisión viendo una de mis películas favoritas: Mean Girls.

—Cariño, no deberías beber tanto café y mucho menos en la noche. Puede hacerte daño eventualmente, además de que no sé cómo logras dormir con tanta cafeína en tu organismo —comentó mi tía.

Ella era básicamente la figura materna que nunca tuve, porque siempre estaba ahí cuando la necesitaba. Mis abuelos paternos viven un poco lejos de mi casa, mientras que mis abuelos maternos y tíos viven en otros países.

Solo suelen venir todos a mi cumpleaños o en año nuevo, ya que las navidades siempre nos toca viajar a nosotros.

—Es que sin café no puedo vivir.

—Dios mío, ya estás adicta a tan temprana edad, todo es culpa de Hailey por darte café cuando eras una bebé —respondió mi tía—, Adler, ¿ese es el gran trabajo que dices que hiciste como padre criándola? 

Reí viendo a mi papá darle una mala mirada a mi tía. Ellos siempre discutían y me divertía cuando lo hacían porque en realidad a veces no se soportaban, pero en el fondo se tenían bastante cariño.

—Silencio, Morgan, mira la película. Contigo no se puede ver nada porque no paras de hablar —dijo mi papá.

—Esa ya la hemos visto muchísimas veces, incluso me sé los diálogos de memoria.

—La eligió Emery, te la aguantas.

Ella entrecerró los ojos hacia mí.

Le regalé una sonrisa inocente.

—Lo siento, tía, pero es una de mis pelis favoritas.

Me golpeó suavemente con un cojín.

Reí dándole otro sorbo a mi café.

Mi móvil vibró en la mesilla frente al sofá, la pantalla alumbrando la sala oscura llamó la atención de mi tía.

—Apaga eso, en el cine no se permite el uso del móvil —dijo ella.

Lo tomé entre mis manos abriendo la notificación, era una foto adjunta en mensaje directo de Instagram.


Déjà Vu [#3] En edición✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora