Déjà Vu [#3] En edición✔️

Capítulo 11: Lo miedosa es de familia [+18]

Pasar las navidades en Australia era bastante divertido, ver cómo mis tíos discutían por cosas ridículas, mi papá intentando soportarlos y mis abuelos en su mundo, era un poco gracioso en cierto sentido.

Anoche mi abuela nos había obligado a todos a vestir pijamas navideñas, como todos los años, y esta mañana mi tío se burló de mí porque le recordé a su primera navidad con mi mamá.

Mi familia a veces solía ser bastante inmadura.

Ahora nos encontrábamos todos en la playa. Mi tía me dio su móvil para que le tomara unas fotos y empezó a posar como una supermodelo.

En su defensa, mi tía era bastante linda, con un cuerpo muy cuidado y atractivo para su edad. Así que si le quedaba el papel.

Ella amaba las fotos, así que luego terminamos sacándonos unas cuantas juntas, las cuales subí a mi Instagram.

Colocamos unas toallas en la arena y nos acostamos sobre ellas echándonos bloqueador solar para tomar sol un rato.

—¿Tía, puedo hacerte una pregunta?

—Dime.

—¿Por qué nunca tuviste hijos?

Su rostro pasó a uno incómodo antes de responder.

—¿Quién ha dicho que no tuve, cariño?

—Bueno, es que... nunca has mencionado que tengo un primo o una prima... tampoco sé si te casaste porque jamás has hablado sobre ello.

—Es complicado, Emery.

—¿Por qué?

—Porque cuando te enamoras, estás dándole la confianza a alguien que tarde o temprano romperá tu corazón.

—¿A ti te rompieron el corazón?

—Sí, muchas veces en distintas ocasiones... pero prefiero no hablar sobre eso.

—Lo siento...

—No lo sientas, sufrir por alguien es parte de la vida. Te ayuda a madurar y pensar de una manera distinta.

Mi móvil empezó a sonar y al ver la pantalla pude ver el nombre de Marcus en ella.

—Iré a caminar un rato, ya vuelvo —me excusé.

—¿Por qué no atiendes la llamada aquí? ¿Es tu dealer el que te llama? Atiende, yo también me drogué en mi juventud.

Mi tía como adulto responsable era un caso perdido, la verdad.

—Ahora vuelvo.

Me levanté de la arena y empecé a caminar lejos de mi familia.

—Hola —fue lo que dije al atender la llamada.

—Lindo bañador, Müller... me pregunto cómo te verías sin él.

Me puse roja al instante.