30

45 2 1
                                    

No había absolutamente nada. No había mesas ni muebles, la habitación estaba completamente vacía, lo único que había era una simple mesa y en ella, un solo mensaje.

“Quién sea que vino buscando la cura, lamento decepcionarlos, la cura no existe”.

No podia creerlo, no había cura, no existía. Carter a mi lado suspiró pesadamente y pasó una mano por su cabello, llevándolo hacia atrás. Estaba estresado y yo también. Él me miró, como buscando algo que pudiera decirle, pero no había nada que pudiera a aceptar hacer. Me sentí derrotada y  me pegue a la pared para cerrar mis ojos y pensar un poco la situación. Si no existía la cura, ¿para que nos envió a este lugar? No tenía sentido.

—Hay algo aquí, lo siento —Carter daba vueltas por la habitación, con una mano sobre su barbilla, pensando en que estaba mal.

—Carter, buscamos y llegamos aquí, no hay nada. Ya viste la nota, no hay cura.

—Pero debe de haber, no puede terminar así...

—Pues lo lamento, no hay nada que podamos hacer.

—¡Si que lo hay! —gritó desesperado. Algo no andaba bien con él.

—¿Carter, qué...?

—¡Necesitamos encontrar la cura! ¡Debemos hacerlo!

—Carter, por todos los dioses, cálmate.

—¡Es que no lo entiendes!

¿Qué rayos..?

—¡¿Entender qué?!

—¡Se lo prometí! ¡Prometí que buscaría la cura para salvarlo!

—¿Carter de que....?

—¡De Percy! ¡Cuando supe lo de su herida, prometí que le iba a salvar!

—Pero Carter... Entiende, él ya no está con nosotros, él....

—¡No! ¡No lo digas! ¡Yo se que aún está con vida! ¡Lo sé!

—Carter...

—Lo sé, él... Él está vivo, lo presiento....

Pronto dejó de hablar y se dejó caer al suelo, cayó de rodillas y comenzó a sollozar, estaba sufriendo tanto como todos. Él simplemente terminó por explotar, no aguanto más. No pude verlo así, se me rompió el corazón. Me acerqué con cuidado a él y lo abracé, Carter se aferró a mí con fuerza y descargó todo lo que tenía guardado. Y yo no me quedé atrás, también lo saqué todo. Pasamos horas ahí, no se cuanto tiempo, tampoco sabíamos que ya había pasado la noche. Nos separamos y ambos nos limpiamos las lágrimas que quedaron allí. Nos levantamos y a punto de retirarnos de la habitación, Carter se detuvo y cuando iba a preguntar por qué, él se volvió a mi y sonrió de oreja a oreja.

—Creo que ya se por qué estamos aquí.

Fue lo único que dijo, antes de salir corriendo hacia donde los demás chicos, al llegar, algunos ya estaban levantados y otros dormidos, cuando vieron a Carter llegar corriendo, temieron lo peor, pero su preocupación se fue al ver que iba hacia la computadora, lo seguí a paso rápido, sabiendo que todas las miradas estaban puestas en nosotros.

—Carter, ¿qué buscas?

—¿Recuerdas que decía exactamente la nota que dejó Tomas para quien sea que encontrará esto? —preguntó, a lo que asenti—. Bien, esto puede ser una pista hacia algo mayor, su gran secreto, la cura...

—¿Eso que tiene que ver? ¿No que no había cura?

—La hay, y se como descubrir donde está.

Pronto los demás se acercaron a nosotros para saber que estaba pasando. Rápidamente les expliqué como pude lo que estaba sucediendo, estos estaban realmente confusos. Carter se frustraba cada vez que algo le salía mal, nosotros le dábamos aliento y este comenzaba a sudar de lo mal que estaba pasando. Al final, pasaron horas y horas y después de tanto, por fin dió resultado.

El FinWhere stories live. Discover now