C a p i t u l o veintiuno: "Comienzos familiares"

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  Me levanto de la cama, con un dolor punzante en la cabeza.
  Prometo no beber nunca más en mi vida.

  Me ducho, me visto algo ligera, ya que hace un poco de calor, y bajo las escaleras hasta la cocina.
  Domingo por la mañana, mamá está en la cocina preparando el desayuno. Papá no está, porque debe estar descansando en su habitación, y a Louis y Harry no los veo por ningún lado. Así que solo somos dos mujeres en una cocina.

 -Quería hablarte-Dice mamá, mientras pone a calentar el café-. Desde hace mucho quería hablarte a solas.

  Tomo asiento quedando justamente, a la vista de mi madre. Me observa con expresión preocupada.
  -¿Qué quieres que diga? –pregunto en un tono algo directo.
 
  -Me gustaría que dijeras, con todo el cariño que puedas ¿¡Porque…?!-respira antes de soltar una palabrota, como siempre hace cuando está enojada-. ¿Por qué, a la media noche, vi entrar a un joven rubio llevando a mi hija en sus brazos, durmiendo?

  No puede ser… ¿Eso había pasado en la noche?
  -Yo-yo…

  -¿Qué quieres que piense en esta situación, ____?-Pregunto en un tono más calmado-. Además, el chico era Niall…

  -Mamá es que…

  -¡Tengo hambre, mujer!- gritan de pronto por la puerta. Entraba Harry en calzoncillos-. Este hombre necesita comida…

  Mamá me dio una mirada enfadada, pero no hablo más del tema. Se giró hacia el café y puso una mano en su cadera.
  -Harry Edward, no me hables como si fuera tu esposa, soy tu…

  -Madre que no le da de comer a su hijo-. Este respondió antes.
Mi hermano comparte una mirada divertida conmigo, y me guiña un ojo, Harry era muy bipolar a veces.
 

 De pronto, Niall se viene a mi mente, como también mi secreto que tanto le he guardado.
  Me siento culpable, al pensarlo.
¿Por qué no se lo había dicho ya?
  ¿Qué estaba esperando?

Me levante de la mesa y mamá y Harry me miran extrañados por mi repentina acción.
 -Iré a hablar con papá, bajo en seguida –sin esperar mucho, salgo de la cocina para subir las escaleras.

 La culpabilidad de un secreto de esa forma, me estaba comiendo.
Comiendo mis entrañas.
  Necesitaba de alguien que me aconsejara sin juzgarme, y papá era perfecto para ello.

  Abro la puerta de la habitación, y una brisa abraza mi cara. La ventana de mi padre, está abierta dejando entrar toda la luz del sol; parece un jardín. Arriba de todos los muebles, hay flores de millones de colores, las paredes habían sido pintadas celestes con dibujos de nubes. Las sabanas de su cama eran verdes y la alfombra igual.

   Parecía un hermoso jardín lleno de maravillas. No recordaba haber visto esta habitación así de bella.

  -Cariño ¿Cómo estás?- pregunta mi papá. En sus manos, trabaja con una figura de madera, dándole una forma de una pequeña rosa.

   Me acerco a su lado, y aun con todo mi alrededor tan bello, mi pecho me pesa.      Me arrodillo al costado de la cama y comienzo a llorar de repente.

   Algo me decía que vendría Andrés, pero también estaba molesta conmigo misma, por no ser valiente, y por no poder contarle todo a Niall.

  -Papá… -decía entre sollozos-. No puedo, algo en mí no puede.

  Lloro con fuerza por un largo rato, pero no tengo respuestas por parte de él.
 
  Hasta que siento el peso de su mano en mi hombro, y lo miro hacia arriba, con mi vista algo borrosa por las lágrimas. Se veía más alto, con el mismo poder que veía cuando era una niña. Lo veía en el cielo, siendo poderoso, inmortal a la muerte. Pero ahora, no siendo una niña, notaba que no sería así, que en unos de estos días, mi padre moriría y se iría para siempre.

|Do you remember me?| Niall Horan| Secuela.Where stories live. Discover now