"Una semana sin Haechan"
Donde Mark está cansado de la existencia del maknae de su grupo, a lo que le ruega al universo su desaparición total de este en su vida, pero nunca se esperó que sus plegarias fueran tomadas tan literalmente.
¡ADAPTACIÓN!
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Algunos miembros de 127 no van a aparecer pero tengan en cuenta que están ahí.
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— ¿Quieres dejar de fastidiar?
Empezó a golpear el lápiz en la mesa, representando su falta de paciencia.
Ya hacía unos diez minutos que Donghyuck buscaba tocar su vientre sin dejar de "molestarlo" a pesar de que este sólo se mantenía en silencio dejando que sus manos tocaran la parte más suave del vientre del alto.
A eso el pequeño de apenas quince años hizo oídos sordos al pedido del alto, tratando de acercarse disimuladamente al contrario esperando no ser fríamente rechazado cómo otras incontables veces.
Para nadie que vivía en esa casa era una novedad el tierno y sincero enamoramiento de el maknae hacía el líder de la agrupación, El menor siempre trato de llevarse bien con el alto pero generalmente solía ser abruptamente rechazado por el mayor sin tener explicación previa.
Quizás simplemente era por el poco gusto del chico con ojos atigrados hacia los niños o simplemente para Mark, Lee Donghyuck era la persona más fastidiosa del universo.
— ¿Sabes qué?... desaparece, esfumate, piérdete o haz lo que quieras pero déjame de fastidiar – el mayor dejó el papel sobre el qué intentaba escribir alguna letra improvisada – ¿Acaso te lo debo decir en otro idioma para que lo entiendas?
Observó fijamente al más bajo, que tenía sus pequeños ojitos cristalizados, casi al borde del llanto.
— Quizás, solo quizás me pasé un poquito con su comentario – pensó mientras observaba salir al menor de la habitación, soltando un – lo siento – con una voz quebradiza.
Mark no consideraba tener un rencor hacia el más bajo pero tampoco consideraba tenerle algún cariño en concreto. Él consideraba al menor de la agrupación era cómo una carga, no sólo por qué al ser el menor solía recibir más atención de lo debido, sino también por el hecho de qué el pequeño de pelo negro y rizos siempre solía apegarse a él más que a los demás miembros.
— Al fin – pensó dejando escapar un suspiro de alivio solo hasta escuchar un grito completamente reconocible desde la planta baja de la casa.
— ¡Lee Mark, más te vale bajar ahora mismo o juro que iré a golpearte ahí mismo! – el alto maldijo para sí mismo, mientras se paraba de su lugar apresurado.
Mierda, estaba jodido, y se podía percibir muy bien gracias al tono – muy – molesto de su mayor.
Se apresuró en bajar por las escaleras, rezando porque Donghyuck no lo haya acusado con Johnny.
