III

18 5 4
                                    

Decir que Seven estaba confundido, sería solo una pequeña parte de lo que estaba sintiendo.

- ¿Qué...? ¿Magia? ¿Cómo?

El muchacho estaba cuestionándose seriamente si por fin se había vuelto loco.

- Eres un mago, Seven. - concluyó la profesora.

Su mente trabajaba a cien por hora, tratando de asimilar lo que la mujer estaba explicándole.

- Pero, pero yo no sé hacer magia. - dijo con la voz baja y temblorosa. - N-no sé como hacer eso que hizo usted.

Ella sonrió un poco, casi divertida. El cuervo, mientras, aleteó un poco entre las manos del chico, llamando su atención. Seven comenzó a acariciarle distraídamente las alas, todavía confundido y mirando a la profesora McGonagall.

- ¿Nunca has hecho cosas que los demás no pueden hacer? - intentó razonar con él. - ¿Nunca han pasado cosas... inexplicables a tu alrededor?

Eso lo dejó sin palabras. ¡Por supuesto que habían pasado! Los demás niños y niñas siempre lo miraban raro por ello. Él siempre se corta el pelo a sí mismo, y aunque se lo corte desigual, al día siguiente volverá a estar casi igual de largo y hecho un nido de pájaros. O cuando cocina, suele quemarse con el aceite, pero después apenas había marcas de estas en sus manos. Cuando lo mandaban a cuidar el jardín, conseguía que las flores crecieran más rápido y más bonitas. Aunque siempre que las monjas veían algo así, había un castigo.

Luego de un rato en silencio, el chico tan solo asintió, tanto confundido, como emocionado.

- Hogwarts es un colegio de magia donde se enseña a controlar y a usar la magia correctamente. - siguió explicando ella.

El muchacho se quedó mirando al techo, pensando.

"¿Todas las cosas raras que había hecho hasta ahora eran magia? ¿Seguirían tratándole mal las monjas al saberlo? Seguramente sí, después de todo siempre decían que las brujas eran engendros del demonio. Entonces, sí que estaba marcado por él después de todo."

Seven sonrió amargamente ante lo último.

Por supuesto que tenían razón, ¿qué te esperabas?

Una carta apareció en su campo de visión, sacándolo de su ensimismamiento. El cuervo voló hasta posarse en su cabeza, donde se acomodó en su oscuro pelo.

Con sus manos temblando, cogió la carta y la abrió, poco a poco, con miedo a romperla.

"Hogwarts escuela de Magia y Hechicería.

Director: ALBUS DUMBLEDORE (Orden de Merlín, primera clase, Gran mago, Chf. Warlock, Mugwump supremo, conferencia internacional de magos).

Querido Mr. Black,

Nos complace informarle de que ha sido aceptado en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Encontrará una carta al final con su lista de libros necesarios y equipamiento.

El curso comenzará el 1 de Septiembre. Esperamos su lechuza hasta antes del 31 de Julio.

Sinceramente,

Minerva McGonagall

Minerva McGonagall, subdirectora."

El chico con heterocromía leyó, y releyó la carta, asombrado. ¿No era un error? ¿De verdad le estaban dando una plaza en un colegio así? ¿A él?

Levantó la cabeza y miró a la profesora. Intentó preguntarle, agradecerle, pero era incapaz. Por alguna razón, se le había formado un nudo en la garganta, el cual no le permitía usar la voz. Boqueó, intentando formar palabras, pero cuando ninguna salió de sus labios después de varios minutos, acabó por cerrar la boca, rendido.

RespiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora