Cap. 1.5: Conociendonos

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—Llevas más de treinta minutos ahí dentro Tamaki, más te vale que cuando salgas estés guapísimo— Aki volvió a tocar la puerta de baño en donde Amajiki se había encerrado hace treinta y nueve minutos.

Aunque estaba en todo su derecho, hace una hora había tenido la mejor ducha de toda su vida y no podía evitar olorosar sus brazos cada cinco minutos en busca del olor a lavanda que el jabón espumante había dejado impregnado en su piel.

Y hace cuarenta minutos había entrado al baño para vestirse.

Dicho lugar era más grande que su propia habitación y contaba con un espejo de cuerpo completo que lo dejaba admirar el maravilloso traje color gris verdoso que, admitámoslo, combinaba perfecto con su cabello azul.

El traje resaltaba al máximo su cuerpo e incluso unos músculos en sus brazos que lo hacían ver cómo todo un adonis. La camisa era de seda negra con botones gris oscuro, sobre esta un chaleco con tientas de corset que afinaba y alineaba su figura y era de color gris verdoso, el saco, con las solapas perfectamente planchadas y sin la necesidad de ponerle hombreras, también de gris verdoso, y los pantalones, igualmente gris verdoso eran ligeramente ajustados a sus piernas, tenía un cinturón a la medida de color azul marino al igual que los calcetines y zapatos impecablemente lustrados.

Se veía genuinamente perfecto.

—Y-Ya salgo.— Anunció el peliazul antes de Aki volviera a arremeter contra la pobre puerta de mármol

Sonrió a su propio reflejo y dio un ultimo repaso a su atuendo antes de salir. Se sentía seguro, se sentía como un niño pequeño con su traje de príncipe y una espada en la mano.

Aunque esperaba no tener que tocar una espada en toda su vida, la sola idea lo aterrorizaba al punto de darle nauseas.

Tomó el pomo de la puerta y giro de este, se preparo mentalmente para cualquier reacción de Aki, y, siendo consciente de que se veía realmente bien, sonrió como un pequeño que había conseguido encestar la pelota de basquet en el aro, abrió la puerta justo cuando Aki había alzado la mano par volver a tocar y esperó una reacción.

Estaba nervioso por como reaccionara Aki, ese era su primer paso mental para la aprobación de la reina y su familia.

—Vaya, si que estas guapísimo.— La sonrisa de Tamaki se ensancho al escuchar esas palabras y, por primera vez desde que lo había conocido, Aki sonrió

Ese era todo un logro personal para Tamaki.

—¿Vamos?— Tamaki asintió emocinado a las palabras de su mayor y salieron de la habitación en dirección al gran salón.

Metros antes de llegar ya se podía escuchar la música y las risas de las personas ahí dentro.

Al llegar a la puerta los guardias que estaban ahí abrieron una cada uno y al entrar Tamaki quedo fascinado.

Era asombroso.

La alfombra manchada de tinta que había visto más temprano había desaparecido al igual que la mesita y los sofás, había anemones azules moradas y blancas en distintos jarrones distribuidos en distintas partes del salón, maravillas colgaban del techo a través de un hilo tan delgado que parecía casi invisible, los cuadros habían sido sustituidos por mesas empotradas a la pared sin patas con comida y bebestibles, habían puesto cortinas azul marino que oscurecian el lugar y la luz de las velas reflejado contra estas hacia que todo tuviera un aspecto de mar en la noche.

Un chico vestido de traje azul marino con botones dorados apareció a su lado sosteniendo una bandeja con copas de un líquido amarillo lleno de burbujas.

—¿Desean champagne?— Tamaki volteo hacia Aki quien asintio tomando una copa y se la tendió.

—Yo no bebo, pruebala por mí.— Tamaki tomó la copa dudoso mientras el chico se iba a atender otras personas.

Nuestro mundo (Tamaki Amajiki Y Tú) Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin