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-¿Qué tratas de decir?, ¿Cómo los viste?.- volvió a preguntar desconcertado.

-No se como... pero vi cuando ellos estaban en el bosque.- susurre.- Mamá te llevó a no se donde, luego segui a papá y tenía un bebé en brazos...luego vi cómo una flecha atravesaba... a mamá, y note como papá se rompía en mil pedazos...cuando mamá cayó en sus brazos.- concluí, con lágrimas en mis ojos.

Brett tenía sus ojos puestos en mi, no sabia como reaccionar, solo estaba ahí, parado y quieto, podía ver sus ojos cristalizandose, y moverse de un lado a otro, pero nada más. Solo estaba paralizado.

Por otro lado Azael solo caminaba de un lado a otro tocandose la cara.

Sentí que pasaron horas, sentí que el tiempo pasaba más lento, pero a la vez más rápido volviendo todo una eternidad.

Podía sentir el frío colarse por mis huesos, pero no podia descifrar a mi hermano, él solo seguía ahí, y yo no sabía que hacer.

-¿Brett?.- masculle.

Pero nada, el solo seguía ahí. Y yo no sabía que hacer, solo podía llorar. Azael ya no estaba en el cuarto, pero podía escuchar sus pisadas fuera de el.

-Brett.- lo llame cuando por fin se movió.

-lo siento... no me imagino lo que fue para ti ver eso.- expresó y me abrazo.

-Lo siento por contártelo así.- susurre.

-Solo espero estés bien, Atenea.- dijo.

Unos muy largos minutos después estaba lista para entrar en el reino de las sombras. Tras una larga charla con Brett, me dejó ir, pero si las cosas salgan mal el iba por mi.

Respire hondo, tomé mis manos y di un paso dentro.

-Ten cuidado.- escuche decir a Brett, antes de cruzar.

El frío aquí era aún más notable, a mi alrededor solo se notaba la neblina. Camine y a medida que avanzaba me acostumbraba al frío, a ver todo desolado.

Los árboles no tenían vida, se veían completamente secos, y alrededor de ellos en el piso habían unas pequeñas hojas grises, negras y cafés.

Camine y encontré unas cuantas casas, pero estas se veían aún más desoladas y más por la condición en la que se veían.

-¡HOLA!.- grite, y solo escuche mi eco.

-¡HAY ALGUIEN AQUI?.- grite, esperando talvez una respuesta.

Pero nada, solo oí mi eco una vez más. Me sentía observada, pero miraba a lado y lado y no había nadie.

Entre a una de las primeras casas que vi, y los muebles y todo allí etapa lleno de polvo, recorrí un poco más el lugar, pero nada. Salí de allí y recorrí un poco más el lugar.

Junte mis brazos para calentarme un poco, y me senté bajo un árbol, ¿Ya no había nadie en este reino?, ¿cuando fue la última vez que alguien estuvo aquí?, ¿por qué hace tanto frío?.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que creí escuchar el crujir de las hojas que estaban en el piso.

Creí que fue un sonido por algún movimiento que hice inconscientemente, pero no, lo volví a escuchar.

Mire a todos lados hasta que en un árbol vi un ciervo, y en sus cuernos tenía a un pequeño cuervo. Los dos miraban hacia mi posición.

Me levante lentamente para no asustarlos y camine hacia ellos, pero cuando estaba cerca el ciervo corrió, no me quedó de otra que correr tras de el esperando encontrar alguna respuesta.

El ciervo ya me llevaba unos cuantos metros de ventaja, pero yo trataba de correr y alcanzarlo, hasta que al final no pude y lo perdí de mi vista. Ahora se había ido mi fuente de respuestas.

Respire una y otra vez intentando controlar mi respiración, mire a los lados y camine hacia donde se habían ido el ciervo, y el cuervo, tenía que encontrarlos.

No los veía por ningún lado, y la neblina era cada vez más fuerte, ya me estaba rindiendo, pero a la vez no podía distinguir el camino por el que llegué.

La neblina fue tanta, que intente hacer lo mismo que Brett con sus manos, y no me salía, intente una y otra vez, pero nada, la verdad no se como lo hacía él.

Respire hondo y pensé en lo que quería hacer con mis manos y cuando solté el aire estas se iluminaron como por arte de magia, ahora podía ver un poco mejor.

Gire para ver hacia donde podía ir, y vi al ciervo y al cuervo de nuevo, esta vez fui más rápida y los alcance, pero ellos ni se inmutaron cuando llegue a su lado, no parecían los mismos de hace unas pocos segundos.

Los mire un poco extrañada, pero luego el cuervo voló y se puso en mi hombro, hizo ese raro sonido que hacen los cuervos y el ciervo comenzó a caminar.

Camine junto a él y unos cuantos pasos más adelante vi una especie de reja con troncos de espinas, las cuales se movieron al momento de entrar al lugar, y se cerraron cuando terminamos de pasar.

Aquí el ruido era más notable, aquí si habían personas, niños corriendo y hadas volando al rededor de las personas.

Todos voltearon a ver hacia nuestra dirección y no podía descifrar si su reacción era de sorpresa, desagrado, intriga, o solo abrían mucho los ojos.

El cuervo volvió a subirse en los cuernos del ciervo y estos se quedaron quietos frente a toda la multitud, y yo solo me quedé parada junto a ellos.

Podía oír algunos murmullos, pero no podía saber que decían con certeza. Luego las personas se abrieron en algún tipo de camino, el ciervo me empujó y entendí que tenía que pasar por allí.

Camine, pero me sentía muy observada mientras pasaba, me sentía un poco nerviosa, cuando llegué al final vi a un anciano con un bastón en la mano, el esperaba ansioso mi llegada, pero no sabía por qué.

Detuve mis pasos y carraspee un poco incomoda, sin saber que hacer, solo me quedé allí parada esperando alguna señal del universo o de las personas que tenía al rededor.

Pero nada llegaba, no sabia si tenía que decir algo primero, o si tenía que volver por donde llegue, solo estaba ahí quieta como si con un solo movimiento que hiciera todas estas personas se fueran a abalanza sobre mi, pero eso nunca pasó y solo vi como el anciano me recorría con la mirada.

-Te pareces mucho a ella.- dijo él anciano.

***
Hola, espero les haya gustado
Gracias por leer
-carol.

LOS 5 REINOSOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz